2019

Trescientos sesenta y cinco días por delante, ese es el espejismo del año nuevo, un tiempo nuevecito y a estrenar. Pero lo cierto es que solo tenemos el presente, el minuto del ahora. Y en él te escribo, te recuerdo, te llamo y te quiero muchísimo, Rodrigo.

Este nuevo sábado del año recién estrenado sigo tecleando en tu bitácora unas pocas líneas de cariño cotidiano: todo lo que debería haber sido nuestra vida corriente y nos fue arrebatado.

Echo tanto de menos estos casi quince años de vivencias compartidas, que he tenido que crearlas yo en este mundo virtual y soñarte conmigo en él. Por eso espero, contra toda esperanza, que andes por aquí, entre mis palabras. Y a veces hasta siento tu risa de estrellas.

Marcar el enlace permanente.

Comentarios cerrados.