Aniversarios

Queridos  familia y amigos, quisiéramos  expresaros nuestro agradecimiento por compartir estas páginas en las que queremos recordar a Rodrigo.Es una manera de expresar nuestros sentimientos. Permitidnos escribir las  palabras de  una amiga que perdió a su esposo en el mismo andén:

“El se ha ido.

En los primeros momentos, esa sensación nos envuelve casi sin dejarnos respirar. Ya no está a nuestro lado, no podemos explicarnos que no esté con nosotros. No podemos aceptar que esa persona a la que amábamos, a la que amamos – porque el amor no se ha ido con ella – nos haya dejado… Había tanto que decir todavía, tanto para hacer. Si hubiésemos sabido, si hubiéramos podido… no habríamos dicho, no habríamos hecho… Esta vivencia de lo irremediable hace que el dolor que nos atraviesa el alma sea profundo, infinito, que nos lastime como una tremenda herida física…  

No podíamos y aún ahora nos cuesta frenar las lágrimas; es necesario llorar, desahogarnos y no reprimir nuestros sentimientos y emociones, para que después una calma exhausta nos permita a pesar de todo continuar. 

El tiempo pasa, y el dolor no ha desaparecido, y tal vez nunca lo haga. Pero la rebeldía y la desesperada angustia de los primeros momentos se van atenuando, van dejando paso a la vida. A la vida misma de esa persona tan querida que no está; a esa vida que fue rica, plena, valiosa y nos ha dejado tantos maravillosos recuerdos.  

Y un día nos descubriremos pensando en algo que esa persona hacía o nos decía, mientras nos invade una cálida ternura. Seremos capaces de recordar, de volver a pasar por el corazón palabras, anécdotas, enseñanzas, instantes de felicidad vividos. Tal vez todavía con lágrimas, pero agradeciendo a la vida haber compartido el amor y la existencia de ese ser amado….. 

Ha llegado el tiempo de celebrar el legado que nos dejó. Para algunos será un ejemplo o una misión que cumplir. Para otros, una huella imborrable. Pero en todos los casos, este es el tiempo de revivir tantos momentos únicos. Porque el amor siempre prevalece frente a la muerte.” 

 

Sentimos no haber pensado en un libro de firmas en el tanatorio. No teníamos cabeza para detalles pequeños. Los amigos de Efeyl escribieron en su página web. De ahí hemos sacado sus mensajes. Y vosotros podéis hacerlo todavía, o mandarnos lo que ya tenéis, y lo incluiremos en este dossier.

NO LLORES SI ME AMAS

No llores si me amas,
Si conocieras el don de Dios y lo que es el cielo.
Si pudieras oír el cántico de los ángeles y verme
en medio de ellos.
Si pudieras ver desarrollarse ante tus ojos, los horizontes, los campos y los nuevos senderos que atravieso.Si por un instante pudieras contemplar como yo,
la belleza ante la cual las bellezas palidecen.
¿Tú me has visto,
me has amado en el país de las sombras
y no te resignas a verme y amarme en el país
de las inmutables realidades?
Créeme.
Cuando la muerte venga a romper las ligaduras
como ha roto las que a mí me encadenaban,
cuando llegue un día que Dios ha fijado y conoce,
y tu alma venga a este cielo en que te ha procedido la mía,
ese día volverás a verme,
sentirás que te sigo amando,
que te amé y encontrarás mi corazón
con todas sus ternuras purificadas.Volverás a verme en transfiguración, en éxtasis, feliz
ya no esperando la muerte, sino avanzando conmigo,
que te llevaré de la mano por senderos nuevos de Luz y de Vida.
Enjuga tu llanto y no llores si me amas.

 (San Agustín).

De: “Antonino Vázquez
Para: “‘Juan Carlos’”
Asunto: RE: Muchas felicidades
Fecha: Wed, 22 Sep 2004 22:51:32 +0200

Queridos amigos:  Muchas gracias por vuestro interés.
Nuestra hijita es un ángel, pequeñita, preciosa, muy blanquita y rubia.
No llora nada.  Pronto escanearé fotos y podré enseñároslas.
Espero poder conoceros personalmente pronto. 

Aprecié a Rodrigo muchísimo en el breve tiempo que le conocí,
y he llorado y rezado por mi amigo muchas veces.
No quise escribiros antes, porque me parecía que sólo iba  a causar más dolor.  Pero Rosana y yo habíamos pensado en, si era niño,  llamarle Rodrigo.  Espero poder daros pronto un gran abrazo en persona. Entretanto recibid este, por escrito, y todo nuestro cariño Antonino y Rosana  

Mensaje original–
De: Juan Carlos
Enviado el: miércoles, 22 de septiembre de 2004 18:41
Asunto: Muchas felicidades

Wenas Aunque no nos conocemos personalmente, sabemos de vosotros  y del nuevo miembro  de vuestra familia.  Estamos encantados con la llegada de Amaya.  Os mandamos todo nuestro cariño.
Un abrazo y besos de:
Juan Carlos, Marisol, Gonzalo y, desde su luminosa  dimensión, Rodrigo. 

De:  ”Furgo”
Fecha: Sun, 02 Jan 2005 01:57:19 -0000
Asunto: [EFEYL] El Correo Troll: mensaje de año nuevo OT (advertidos estáis…)

Mis estimados amigos….van ya dos años con vosotros y la emoción,
aunque no me embarga para no parecer tópica, me conmueve con las
caricias de infinitos y deliciosos recuerdos.

No me canso nunca de en cualquier ocasión cerrar los ojos y dejar que en tropel, sucediéndose en caótica armonía, asalten la explanada de mi memoria las imágenes y voces que bañaron con dorado resplandor cada uno de los irrepetibles momentos que he vivido en Efeyl.

Y aunque sólo sea porque así lo determinó algún emperador sabihondillo o un pontífice no menos docto, parece que con el año nuevo los viejos recuerdos deben acostarse como niños buenos en sus baules, dejando hueco a los nuevos que vendrán, primero con jolgorio y euforia, y que poco a poco tomarán posesión de su lugar, mezclándose y enriqueciéndose como caldos en el lagar.

Lo acepto, la ilusión de ver novedades asombrosas, magia de la que se hace realidad en los sentidos de quienes queremos creer en ella, me dará fuerzas para ello. Y no menos  energías me darán todas las excelentes personas que he tenido la fortuna de conocer y admirar.Todos tenéis un hueco especial en mí, al haber dejado huella indeleble, casi fósil (y al haberme condenado, cosa de no saber decir no, a dedicar mi tiempo libre al friquismo :P)

Y uno muy especial Roltrigo, que nos fue arrebatado el año pasado por la barbarie del mundo, y sus maravillosos padres, que son un ejemplo a seguir y un motivo de orgullo para cualquiera, pero especialmente para quienes les profesamos un afecto profundo, sincero y entregado.

Ahora, desde lo alto del masterismo global, como aspirante a señor del mal, es quizás el momento en que siento más vivamente le deseo de corresponderos a todos y hacer que, por mi gracia y la del resto de genios que teneis por globales, locales, batalleros, organizadores, colaboradores, pringaos y currantes en general, sigáis disfrutando
más y mejor de Efeyl en este año 2005 (805 desde Zerikka,q por cierto a ver cuándo narices es su cumpleaños para dejarle las orejas como sendos parapentes)

Un abrazo muy fuerte a todos:

Furgo.

Primer aniversario: 11 de marzo de 2005

PARA LOS AMIGOS DE RODRIGO

Mañana será otra vez el fatídico 11 de marzo y no vamos a hacer un funeral de aniversario. Os agradecemos a todos vuestras muestras de cariño y, sobre todo, vuestro trato sencillo y cordial.

 Muchos de los que creíamos amigos se han eclipsado en nuestras vidas, tal vez porque no saben qué decirnos; o porque temen que lo nuestro sea contagioso, y nos huyen como a  apestados. Vosotros sois espontáneos y nos habéis hablado, y hecho reír. Habéis jugado al rol con nosotros,¡¡unos padres!!, sin ningún prejuicio, ya antes de perder a Rodrigo. Y así habéis seguido. MUCHAS GRACIAS. No os podéis imaginar la energía, vitalidad, y consuelo que nos ha dado vuestra amistad generosa, chicos. Gracias también por hablar de él, por nombrarle. No nos apena. Por el contrario, nos lo acerca.

Los que se van demasiado pronto dejan en los que los conocieron una pizquita de desasosiego. Es una semilla de amor y de bondad, por todas las cosas buenas que no les dio tiempo a hacer en este mundo. Las hacer germinar en los seres queridos, en los amigos, a menudo incluso en simples conocidos, para que la tierra no se pierda esa bondad suya. Nos hacen a todos más responsables de la vida, de lo que realmente es importante, de lo que querríamos dejar tras nosotros cuando nos vayamos. Nos llenan de luz, cariño, compasión,  nos cambian nuestro sistema de valores; nos hacen más conscientes de que nada permanece.

Este es el regalo de Rodrigo y de los que se fueron en el horrible atentado del 11 de marzo, a pesar del mal que se hizo a su alrededor; el regalo de los que se van a los que nos quedamos, para que sigamos esperando el reencuentro.

Dicen que en la otra dimensión las almas se reúnen por afinidades. Nosotros, como padres frikis (”pero frikis, frikis”) esperamos que nos permitan construirnos allí un acogedor agujero hobbit. Rodrigo estará con nosotros cuando le apetezca visitarnos, y todos vosotros seréis siempre bien recibidos. Dejaremos pequeñas las famosas fiestas de los Bolsón.

Mientras tanto, en este planeta, también tenéis un lugar en nuestro corazón, queridos efeylitas. Y un puesto en la mesa, y un lugar al que pedir “asilo político”.

Y recordad siempre esto: Rodrigo está bien, es feliz y nos sonríe. Su vida fue plena y alegre; como ahora su dicha. No estéis tristes por él, sino por el mundo, que se lo ha perdido. ¡¡Menudo fichaje han hecho los del otro lado!!  ¡Venga, nos vemos en Tuksania! ¡Y, si no, en Mecia!

Un abrazo muy fuerte:

Juan Carlos y Marisol

SANGRE DE LA TIERRA  

Fue un evento de Efeyl que coincidió en tiempo con el primer aniversario del 11 de marzo. Todos sus participantes tuvieron un recuerdo muy especial en él para Rodrigo.  Aún así, en los mensajes de días posteriores hubo nuevas alusiones para él.

  • A Roltrigo: Nunca me olvidaré de ti, amigo. ¿Lo de la no-lluvia fue cosa tuya? Te echo de menos. Sigue jugando al munchkin ahí arriba, que algún día volveremos a jugar juntos. Heriss, Sireh Debalass.

A cognosc ben que per amor morrai. E ges per tan d’amor no-m posc partir. Si ben conosc mon viure e mon morir.(Sé bien que moriré de amor, y sin embargo por amor no se puede partir, por mucho que yo sepa que en él está mi vida y mi muerte.)

Roltrigo, no te olvidamos

  • Deseo hablaros de las personas, personajes y personificaciones con
    quienes intercambié experiencias (un susto por aquí, una cabeza
    cercenada por allá…) antes de escribir estos apéndices.Pero antes, déjeseme, como a los grandes escribanos, dedicar mis memorias a un amigo: Roltrigo. Porque él se hubiera divertido como nadie compartiendo nuestras aventuras y desventuras.Y a Juan Carlos y Marisol S.A (Sois Alucinantes!)Por hacer de nosotros el espejo del recuerdo de Roltrigo, y brindarnos su amistad, simpatía y cariño incondicionales.  ¡Gracias, amigos!  Furgo.
  • Espero que no se me olvide nadie ya que traté con mucha gente y puede que mi memoria este un poco dañada por el Vino Figther que
    sirvieron en partida.XDDDD”En especial a Roltri, espero que estés donde estés siempre sigas siendo el de siempre, y que hay gente aquí que te echa mucho de menos y que nunca te olvidará.”                 Kiko
  • Nota para vosotros: Tres días atrás hizo un año desde que Roltrigo nos dejó. Y, por mucho que me esfuerzo, no se me ocurre nada que hubiese podido ser mejor regalo para él que este maravilloso trabajo que habéis hecho.   Earendil

Segundo aniversario:  11 de marzo de 2006

Una celebración sencilla, sólo para la familia y los más íntimos. 

Aunque para nosotros no sea así, para la mayoría de la gente dos años es muchísimo tiempo. Algunos de sus amigos, los de la Universidad, lo conocieron menos tiempo del que ya ha pasado sin él.

Los amigos del Colegio y del Instituto, su propio hermano, pueden pensar algo parecido. Son jóvenes y su sentido del tiempo es otro.  Para nosotros, sus padres, el mundo se ha dado la vuelta y ya nada volverá a ser igual. No queremos vivir en la tristeza, porque entonces el recuerdo de Rodrigo sería nuestro verdugo. Y Rodrigo fue, y es, mucho más que unas horas terribles. Mucho más que dos años de ausencia.

Además de la pena de haberlo perdido, añadimos la de sus abuelos, Esperanza y Juan José. Se fueron tras él, prematuramente. Nada nos hará dejar de pensar que el dolor aceleró sus partidas.  Pero tampoco podemos omitir que tenemos la confianza de volverlos a encontrar. Están juntos en el mundo maravilloso al que todos pertenecemos, al que nos gustaría regresar con las manos llenas de amor, como se fueron ellos.

Gracias por vuestro apoyo, queridos todos, los de Aquí y los de Allá. Os queremos mucho.

Un abrazo muy fuerte:

Juan Carlos y Marisol

De: “nidia fernandez martinez”   
Asunto: Hola
Fecha: Mon, 13 Mar 2006 22:49:55 +0100

Hola

Es curioso como la vida a veces conspira a nuestras espaldas para guiarnos en una dirección determinada. Llevaba un tiempo pensando en escribiros o llamaros para ver como estabais, y hace una semana, un sábado lluvioso nos reunió, aunque fuera por un par de horas. Anoche, pensando en como a veces la vida nos enseña de forma cruda a apreciar lo que tenemos, me puse tontorrona, y para intentar desconectar de todo me puse a hacer una búsqueda de la palabra EFEYL en un buscador de blogs, y fui a parar al que has creado.

Emilio y yo llevábamos unos días hablando de acercarnos a la cripta a pasar un rato con Roltri y llevarle unos girasoles, y ahora, de nuevo perdiendo el tiempo en internet para desconectar, he encontrado una imagen preciosa, de flores, azules, como el País en que Rodrigo cuida de nosotros. Y hace tan solo cinco minutos Emilio me ha comentado que había escrito un post en su blog, también sobre Roltrigo. Y justamente el sábado GG me enseñó el libro que recogía poemas, fotos… y he pensado en hacer una pequeña, pequeñísima aportación, en mi nombre y el de Emilio, para que no quede nada en el olvido, y para que lo que recordemos, sea con cariño. Un abrazo muy, muy grande a los tres

Nidia

LOZ COCHEZ ROJOZ CORREN MAZ   13 DE MARZO DE 2006 

Han pasado más de dos años, y aún tengo la misma dualidad de sensaciones.Cuando pienso en ti, me invaden la alegría y la tristeza.

La alegría por los recuerdos que aún guardo de ti. La alegría de saber el cariño que había en cada una de tus palabras, de tus gestos. La alegría de ver como todo el mundo te recuerda con una inmensa sonrisa. Porque eras grande.

La tristeza porque no estás aquí. La tristeza porque ya no te veo cada mañana. La tristeza por saber que cuando te fuiste, te llevaste una pequeña parte de mi.

Es curioso, pero normalmente me cuesta acordarme de las personas que he perdido, pero en tu caso es distinto. Quizá sea el hecho de verte todos los días, o tal vez tu amistad que me demostraste tantas veces. Pero lo cierto es que hay cientos de cosas que me recuerdan a ti, aunque sean cosas tontas.

El título de este post, por ejemplo, es una de ellas. Siempre recordaré la sonrisa con la que decías esta frase. Siempre recordaré nuestros largos paseos de la universidad a la FJD en busca de Juanal para comer juntos, y que casi nunca le encontrábamos.

Pero daba igual: rehacíamos el camino y nos íbamos a tomar unos bocatas de morcilla en el bar de los bocadillos. Allí hablábamos de EFEYL, de la universidad, de cientos de cosas.

Me gustaba ver como se te iluminaba la cara cuando contabas cosas de tu familia: “Estuvimos a punto de comprarnos la casa en la calle de la literatura, pero mi madre se negó porque tenía la literatura hasta en la sopa”.

En fin, no se como expresar bien lo que pienso y lo que siento, a fin de cuentas, soy de ciencias, pero tú sabes lo que te quiero decir.Un día nos volveremos a ver. 

Emilio.

Tercer aniversario:  11 de marzo de 2007

Queridos todos:

Hemos preferido dejar pasar un par de días, para no coincidir con  la vorágine mediática, porque no nos gusta compartir con el recuerdo de Rodrigo la crispación, la desunión, ni la rabia. Rodrigo no era así. Y menos aún lo será ahora.

Tres años sin él. Una cuenta fatídica que marca los ritmos de nuestras vidas de padres truncados. Tres años.

Os pedimos, en su memoria, un recuerdo amable, una sonrisa dulce, un apretón de manos cordial, una anécdota divertida, una lucecita de esperanza.

Gracias por vuestro apoyo y vuestra alegría contagiosa. Nos vemos en Naia, donde Rodrigo, a su modo virtual, nos repartirá a todos sus inconfundibles abrazos de oso.

Hasta pronto, entonces:

Marisol y Juan Carlos

Cuarto aniversario: 11 de marzo de 2008

Ha pasado mucho tiempo, dicen los calendarios, y no queremos molestar a la gente con nuestra pena. Además, la fecha, entre semana, es incómoda. También el hecho de las elecciones generales, tan parecido todo a aquel jueves fatídico, y la cercanía de la Semana Santa, hacen complicado el cambio a un sábado cercano.

Será un asunto familiar. Pero prometemos una fiesta de globos para mayo, cuando Rodrigo cumpla 25 en el Cielo.

Quinto aniversario: 11 de marzo de 2009

La vida sigue. El aniversario vuelve a ser un día laborable y ha pasado aparentemente demasiado tiempo. Nos da igual. Nosotros sentimos que seguimos siendo cuatro.

Hemos intentado hacer la vida de siempre, fuimos al trabajo, y , luego,  por la tarde,  nos hemos acercado a donde están su lápida y sus cenizas. Le rodean el tío Carlos y los abuelos, por eso su nombre no está solo.

Volveremos a encontrarnos.

Gracias a todos.

Sexto aniversario: 11 de marzo de 2010

Pasan los años, pero no nuestro amor, hijo, que es el dulce lazo que nos une en la distancia.

Pasan los años y nos dejan un vacío mareante en el estómago y una herida que se reabre a ratos en el alma.

Pasan los años. Es un vértigo el tiempo. Porque el pasado en que estabas se quedó muy atrás, y el presente sólo tiene discretos aromas de tu vida.

Un año más: un año menos que nos queda para volver a encontrarnos.

Vives en nuestro corazón, nos abrazas dormidos, velas nuestros pasos, brillas desde la estrella que nos manda luces y cascabeles de risas.

Mil abrazos de oso, mil sueños amables, mil sonrisas y bailes, mil canciones y juegos. En medio de esta vida para siempre ya ausente de ti nos queda todavía … la esperanza, que es … alegría, alegría, alegría …

Vuela alto, hijo, vuela. No te preocupes por nuestras lágrimas. Sé muy feliz.

Séptimo aniversario: 11 de marzo de 2011

Sólo tu ausencia y tu recuerdo. La inconsistencia del tiempo que ha pasado desde que te vimos por última vez. La impotencia. No poder abrazarte de nuevo. Los lamentos por lo que pudo ser y no será nunca. El amor que aun así nos sigue uniendo.

Te queremos, Rodrigo. Fuimos cuatro. Somos cuatro. Siempre seremos cuatro.

Octavo aniversario: 11 de marzo de 2012

Recuerdo el día en que naciste como el más emocionante de mi vida, recuerdo el peso leve de tu cuerpo sobre el mío, cuando me decían que efectivamente eras niño, y que te quise desde el primer momento en que te vi, escurridizo y pelón, envuelto en una de esas cobijas  hospitalarias al uso.

Recuerdo que siempre había algo nuevo, desconocido y excitante que descubrir contigo: los primeros balbuceos, la primera sonrisa, o el primer diente… Fueron una fiesta tus primeras palabras o tus primeros pasos, el inicio de la guarde, el Instituto o la Universidad… Algo nos llevaba hasta un poco más allá del futuro, tú nos mostrabas un camino hermoso de conquistas y retos.

Recuerdo el día de tu asesinato como el más tormentoso y agrio de mi vida mientras te buscábamos, y el siguiente -cuando lo confirmamos- como el más oscuro y horrendo de toda mi existencia. Ningún padre debería soportar el dolor de enterrar a un hijo.

Hoy, ocho años después, sigo sintiendo tu muerte como una amputación emocional y casi física.

Hoy, ocho años después, te sigo queriendo como antes, como siempre, y más que nunca, Rodrigo. Vela nuestros pasos. Nos volveremos a encontrar.

No existe esponja para lavar el cielo,
pero aunque pudieras enjabonarlo
y luego echarle baldes y baldes de mar,
y colgarlo al sol para que se seque,
siempre te faltaría un pájaro en silencio.

No existen métodos para tocar el cielo,
pero aunque te estiraras como una palma
y lograras rozarlo en sus delirios,
y supieras por  fin cómo es al tacto
siempre te faltaría la nube de algodón.

No existe un puente para cruzar el cielo,
pero aunque consiguieras llegar a la otra orilla
a fuerza de memoria y de  pronósticos
y comprobaras que no es tan difícil,
siempre faltaría el pino del crepúsculo.

Eso es porque se trata de un cielo que no es tuyo,
aunque sea impetuoso y desgarrado;
en cambio, cuando llegues al que te pertenece
no lo querrás ni lavar, ni tocar, ni cruzar,
pero estarán el pájaro, y la nube y el pino.

Noveno aniversario: 11 de marzo de 2013

Monumento al 11-M en Getafe

No quiero traerte flores, no quiero
justo aquí, el parque de los patos
de tu bulliciosa infancia,
porque es ahora un abismo de silencio
que me golpea y que me aplasta.
Justo aquí donde no puedo estar
sin recordarte y sin llorarte.

No quiero… no quiero ver tu nombre ahí
con otros tantos, cargado
de tiempo y de distancias;
como tú,
tan cerca de mi piel y sin poder tocarlo,
a centímetros de mis manos y tan lejano.

No es justo que yo te traiga flores, no es justo
sufrir esta herida siempre abierta
este dolor que por dentro me desgarra.

Porque un día que parecía como todos
te fuiste muy temprano, silencioso
para no despertarnos.
Te marchaste.
Y aunque pusimos todo el afán para encontrarte,
te fuiste, te habías ido ya, dulce y callado…

Hoy mi pena
grita tu nombre para que el mundo recuerde
que no es justo que ya no pueda oler tu aroma
ni en las sábanas tristes que ese jueves dejaste.
No es justo que un hijo simplemente se vaya
tan lejos que nunca pueda regresar…

Aunque pasaron nueve años, aún duele la vida…

Por eso no es justo que yo te traiga flores, hijo, no es justo
que no cumplas más años que los veinte,
que tu hermano te haya adelantado
que tus amigos acaben sus estudios,
se casen,
tengan hijos,
y la vida, inmisericorde, no se haya parado
siquiera un minuto…

No, no es justo
al menos debiera habernos abrazado
a los que lloramos
vuestra ausencia terrible.

Hoy, aniversario de tu marcha injusta,
soy una madre más con la mitad de su alma rota,
que lucha por recomponer la esperanza.

No, no es justo que te hayas … que os hayáis ido… no es justo…

ACTUALIZACIÓN: He leído este poema en el acto en vuestro recuerdo ahí, en el monumento de Getafe, el de la foto, al que aluden los versos, el “parque de los patos” de vuestra infancia.

Décimo aniversario: 11 de marzo de 2014

¿Qué puedo decirte, hijo, después de todo este tiempo de ausencia? ¿Con qué voz, con qué palabras, con qué tono?

Los diez años primeros de tu vida con nosotros nos parecieron plenos, fructíferos, ilusionantes, amables, esperanzadores… Contigo empezamos a ser una familia de tres y nos reíamos del mundo, parecía que podíamos con todo. Luego llegó tu hermano y los cuatro éramos un universo de posibilidades sencillas pero infinitas a la vez.

Los diez años siguientes, los de vuestra adolescencia y primera juventud, fluyeron aún más rápidos, estábamos orgullosos de lo que ibais consiguiendo y dispuestos a pasar a segundo plano en cuanto tomaseis el mando de vuestras vidas.

En contraste terrible, estos diez años sin ti han sido los más ásperos, dolorosos, hirientes y largos de toda nuestra existencia. Los hemos vivido por mantener tu memoria, por acompañar a tu hermano y por dignidad mínima personal, pero no han sido fáciles. Ay, Rodrigo, qué lejos estamos de aquellos en los que tú vivías feliz entre nosotros.

No sabemos qué podrías haber hecho durante estos diez años que una banda de fanáticos te robaron sin sentido y sin piedad alguna. Nada demasiado especial, las cosas esperables de un muchacho de tu edad y que hemos ido contemplando en tu hermano y en esos buenísimos amigos tuyos que nos dejaste en herencia. El mundo se perdió toda la bondad vuestra, de los 191 asesinados, y se quedó a cambio la maledicencia, las mentiras, las torticerías, los apaños y las falsedades de los que deberían haber cuidado más de vosotros y de nosotros, los que nos quedamos aquí llorándoos.

Pero ya no tiene vuelta atrás.  De vosotros, vuestras vidas truncadas, y el amor que os tuvimos y os seguimos teniendo, seguimos hablando y lo haremos hasta que exhalemos el último aliento. De la ruindad de los poderosos que emponzoñaron vuestros asesinatos y enturbiaron nuestro duelo sin piedad alguna para esconder sus vergüenzas hablarán la Historia y las gentes de bien. Los demás no importan.

Diez años, qué tristes, amargos, solitarios y escarpados 3.652 días, 521 semanas, 120 meses… cuánto tiempo resultan ser estos diez años: 87.648 horas,  5.258.880 minutos,  315.532.800 segundos… ¿De verdad ha pasado tanto, tanto, tanto desde que ya no estás?

Nos espera todavía el resto de nuestras vidas sin ti. El futuro se ha vuelto mucho más incierto, mucho más inhóspito desde que se te llevaron a la fuerza. Tal vez lleguen a pasar otros diez años de ausencia, no sabemos; incluso puede que alguna década más… Me embarga siempre un vértigo enorme cuando miro hacia adelante y pienso en todo lo que nos queda por vivir, y comprendo con la experiencia de mi edad que podría ser muy poco bonito. Pero también siento en mi interior que nos vas acompañando, que nos esperas al otro lado del mar, que saldrás a buscarnos cuando sea el momento.

Te queremos, hijo. En este décimo aniversario de tu muerte te mandamos todo nuestro amor. Guía nuestros pasos, porque vamos en tu busca. No te olvidamos. Siempre cuatro. Abrazos de oso: Papá, Mamá y G.

Undécimo aniversario: 11 de marzo de 2015

Es muy difícil escribirte en este aniversario, Rodrigo.

Intento no ponerme a recordar el día fatídico de tu muerte injusta, porque tú fuiste y eres mucho más que eso. No siempre lo consigo.

Busco los recuerdos serenos y dulces del tiempo que compartiste con nosotros, pero no me bastan para llenar el vacío tremendo que quedó tras tu marcha.

Cuido a tu padre y a tu hermano, y te abrazo con ellos.

Contemplo las vidas de los amigos que nos dejaste, y te abrazo con ellos.

Enseño a mis alumnos, trabajo con mis compañeros, y te abrazo con ellos.

Leo, como tú hacías, y te sueño en los mundos de ficción, y te abrazo en ellos.

Escribo, y te amo en los universos que yo creo, y me abrazas y te abrazo en ellos.

Te llevo siempre en el alma y en los labios, pero te quiero con las cosas cotidianas que hacemos aquí, mientras te esperamos. Y te abrazo con todas ellas.

Hijo querido, seguimos echándote en falta. Fuiste un regalo maravilloso y fugaz. Nunca te olvidamos. Vuela alto y cuida nuestros pasos hasta que sea posible el reencuentro.

Te queremos, Rodrigo.

Duodécimo aniversario: 11 de marzo de 2016

Otra vez esta fatídica fecha, hijo. ¿Qué puedo escribirte que no te haya dicho ya millones de veces? ¿que nunca me acostumbraré a tu ausencia?, ¿que no tenías que haberte ido tan pronto?, ¿que esperaba compartir contigo muchos más años de viaje?

Querido, queridísimo Rodrigo, sigue siendo difícil este día de recuerdo y reivindicación. Nuestra  familia se ha vuelto muy pequeña desde que no estás y nada tiene ya el brillo de antes, pero vamos caminando juntos. En tu busca.

Atesoro los recuerdos de todo lo que vivimos a tu lado. Por más que el tiempo los lave y desdibuje, los llevo siempre conmigo. Es doloroso comprobar que esta maldita vida nos arrebata hasta eso. Por favor, sigue guiando nuestros pasos, pues a veces no sabemos cómo seguir. La existencia se ha vuelto una ardua carrera de obstáculos, una gymkana absurda que nos hace perder la perspectiva a poco que nos descuidemos. Ojalá estuvieras aquí  y todo pareciera sencillo y diáfano como antes, ay, antes. Pero no, estamos solos, sin ti.

No quiero ponerme triste, aunque resulta realmente complicado no sentir el efecto aniversario. Intento escribirte unas líneas serenas y asegurarte que estamos bien. Que no han podido con nosotros ni los locos terroristas, ni los responsables políticos canallas , ni los mamporreros que les hicieron la ola para medrar o enriquecerse a nuestra costa.

Que tampoco nos han tumbado la desidia, la ignorancia, la ingratitud, el desapego, la avaricia o el escaqueo de algunos que estuvieron cerca solo en lo bueno y que desaparecieron tras tu marcha repentina. El espacio vacío que dejaste es tan enorme que apenas se nota el mínimo que desocuparon ellos. Aquí estamos, cariño, haciéndote señas desde casa con las primeras flores de la primavera, cargados de luz, de aroma y de buenos deseos como ellas.

Tú sabes que te queremos. Con cada átomo de nuestro ser. Volveremos a abrazarnos, Rodrigo. Muchos cariños, bailes, risas, canciones, viajes, pinturas y libros, juegos y atardeceres. Te llevamos en los labios y en el corazón.

Nuevo once de marzo, trece años sin ti (2017)

Rodrigo, cariño,
no quiero pensar en ti en este nuevo once de marzo.
Yo prefiero recordarte riendo,
leyendo,
jugando,
contándome mil cosas,
pero no así.

Los prunos te hacen señas
con esas flores rosas que tanto te gustaban.
Han pasado millones de horas,
de días, de sueños,
y tú sigues sin volver.

Retengo las lágrimas y te cuento
que te quiero tanto como antes,
como luego, como siempre. Y que nunca
voy a dejar de esperarte.
Aquí estoy, no me olvides.

La casa
se ha vuelto silenciosa
pues ni tú ni tu hermano estáis ya aquí.
Pero te juro mil veces, hijo,
que estamos bien,
y que hasta a veces
surgen ratos de felicidad.

Vamos en tu busca, cielo,
y nos acompañamos en este camino
que tú nos vas marcando.
No dejes de enviarnos
brújulas y mapas.

Volveremos a abrazarnos.

Catorce años sin ti (2018)

El paso de los días y la  maldita, fatal e insoslayable cuenta de los onces me trae a este nuevo aniversario. Y parece que  se agotan las palabras para expresar tu ausencia, pero nunca el vacío que dejó tu muerte, Rodrigo, hijo querido.

Te escribo, como Machado, hablando sola, en un ansia infinita  de quererle hablar a Dios un día. Tú me escuchas y respondes a tu modo. A veces hasta incluso me consuelas del tedio de vivir sin ti.  No importa que solo sea por  instantes fugaces, porque la esperanza me permite amarte tanto como cuando estabas aquí. O más, incluso.

Aunque los días de este mes sean una tortura y vayan haciéndose cada vez más ásperos, aunque vuelva  el viejo dolor de un  nuevo once de un malhadado marzo, resistimos, hijo.

Como hace catorce años: a fuerza de cariño. Los tres juntos, soñando con  ser cuatro.

15 años sin ti (2019)

Este nuevo aniversario se ha teñido de escritura con la publicación de tu libro, Rodrigo. Algo muy especial que, por contraste, acentúa la sensación de irrealidad que me asalta cuando se rompe la rutina.

Y me pregunto dónde están los tiempos de tu infancia, hijo, tus divertidas risas adolescentes, tus enormes, vitales, optimistas ilusiones juveniles, tus planes de futuro.

Todo se lo llevó por delante la maldad fanática de unos locos yihadistas. Y no hay nada que te pueda traer de vuelta.

Todavía me duele el alma de esperarte junto a la ventana, Rodrigo. Todavía me envuelve el frío del miedo de haberte perdido.

No importa que el día a día parezca haber domesticado el vacío de tu cama siempre hecha. De pronto, el hueco de tu silla huérfana, hoy, (quince años después, cómo es posible), resulta más evidente que nunca.

Y añoro el sonido de tu voz, tu risa franca, la huella de tus pasos y los gestos que acompañaban siempre tus conversaciones.

Y comprendo que se me quedaron demasiados abrazos pendientes. Que todavía necesito que me cuentes mil historias de las tuyas. Y compartir contigo viajes, y juegos, y canciones, y quedadas, y comidas, y…

Aún siento dolorosamente que me faltas tú, y no me conformo, y no me acostumbro. Se me multiplica todo el cariño que tenía que entregarte y se me quedó entre las manos, me desborda, se vuelve incontenible y me arrastra con él.

Quince años sin ti, pero siempre contigo.

No sé cuándo volveremos a vernos, hijo. Voy en tu busca, espero que salgas a mi encuentro. Te quiero.

Dieciséis veces once de marzo

Te escribo cada sábado para hacer patente que no te olvido. Te cuento nuestras vidas aunque estoy convencida de que no te son ajenas. Te hablo cada mañana y cada noche, tu nombre entre los de tu padre y tu hermano, porque los tres sois los hombres de mi vida y os mando siempre todo mi amor incondicional.

En los primeros días, semanas, meses, incluso años, sentía que estabas cerca, rondando nuestro mundo. Y eso me consolaba un poco de tu ausencia dolorosa. Ahora te sé lejano. Y entiendo que debe ser así, pero me duele.

Sin embargo, querido Rodrigo, no me rindo.

Te quiero más allá de las sensaciones, de la proximidad, de la lógica y de la muerte. Nada me hará desistir de amarte y buscarte toda mi vida.

Nos volveremos a encontrar.

El pruno florecido, a la entrada de nuestra casa, fue lo último que viste aquella mañana fatídica.

Te encantaba.

Cada primavera sus flores rosadas son una lección tuya y de la naturaleza. Nos enseñan que debemos renacer de nuestra pena y luchar por un mundo mejor.

Eso intentamos, hijo. En tu nombre. Con tu recuerdo.
TE QUEREMOS.

Diecisiete años: 11 de marzo de 2021

Hola, Rodrigo. Son las 7:00, la misma hora en que te sentí salir de casa un jueves como hoy, hace diecisiete años. Cómo podía yo pensar que nunca regresarías. Oí que cerrabas la puerta suavecito, para no despertarnos. Y nos dejaste solos para siempre.

En medio de varias tormentas políticas y mediáticas, el recuerdo social de lo sucedido «hace ya tantos años» se diluye. En 2020, por la pandemia. Este 2021, por múltiples mociones de censura y la convocatoria inesperada de elecciones en nuestra comunidad autónoma. Y sucede lo acostumbrado: que la urgencia informativa se lo lleva todo por delante.

Pero G, Papá y yo, lo sabes bien, no necesitamos ruido periodístico para recordarte. El plan era acudir juntos a los actos de Atocha, como llevamos haciendo todos estos años. Con la reducción de aforos por la COVID-19, temíamos no tener sitio, pero estas nuevas circunstancias evitarán que se acerquen multitudes. Así que estaremos solo los amigos. Para nosotros, fenomenal.

Después, como es ya costumbre, pondremos flores en tu lápida, y hablaremos de ti, y pasaremos juntos, los tres, este aniversario. Como otras veces. Como hacemos siempre. Porque es nuestra manera de sobrevivir tu ausencia injusta. Porque solo unidos somos capaces de soportarla.

No te olvidamos. Cuida nuestro camino, por favor. Porque solo siguiendo tu estela, llegaremos de nuevo a abrazarnos los cuatro, como antes. Te envío flores del pruno, besos, risas, libros, juegos, bailes, pelis y series, canciones, versos, chascarrillos y bromas: las cosas sencillas que podíamos estar compartiendo ahora. Si estuvieras aquí. Si estuvieras…

Te queremos, Rodrigo. Espéranos.

18 veces 11 de marzo

Hoy vuelve a ser 11 de marzo, Rodrigo, cariño. Hace tanto que no estás… Parece como si tu existencia, el tiempo compartido, hubiese sido un sueño.

Quiero esconderme en lo cotidiano, en esas cosas sencillas  que conforman la vida y que tanto se echan en falta cuando da un quiebro inesperado. Pero no me da tregua y este 2022, a tu ausencia injusta y  las seis oleadas de Covid-19, se ha sumado el ataque ruso a Ucrania. Y estamos en guerra. ¡En guerra! Nunca pensé que diría, escribiría, viviría esto.

A veces me llegan hilachas de memorias tuyas. Suaves, desdibujadas. Y ya no me duelen con el filo acerbo de antes, sino con melancólica tristeza. Escuecen, porque no estás, pero también abrigan el corazón con la ternura con la que nos queríamos, y aún nos queremos los cuatro.

Aquí seguimos, Rodrigo. Solos, pocos y cansados, pero resistiendo. Recordándote. Lo que nunca cambia es nuestro amor por ti.

Te queremos. Miles de abrazos de oso: Papá, Mamá y Gonzalo.

19 veces once de marzo

Te escribo cada sábado, Rodrigo, pero este nuevo once de marzo se me hace muy cuesta arriba. No quiero pensarte en este día terrible. Tú eres mucho más que esas horas de búsqueda desesperada.

Papá, tu hermano y yo volveremos a Atocha en tu honor y con tu nombre en los labios. Tu ausencia sigue doliendo, muy honda y muy áspera.

Este año el pruno no ha florecido aún, pero pronto sus flores rosadas señalarán donde está tu casa, hijo. Y el camino de regreso que no pudiste hacer. Da igual el tiempo que haya pasado, nosotros seguimos esperándote.

No tardes.

Hasta que nos encontremos, habrá más aniversarios

Cuando el aniversario  queda atrás, solo empieza un nuevo cómputo, los trescientos sesenta y cinco días para el siguiente. Mucho tiempo  para echarte de menos.

Llueve. Es el marzo más lluvioso desde que te fuiste, Rodrigo. Parece que el cielo sufre y llora las enormidades de este loco género humano.

Te pienso, te añoro, te llamo mientras escucho el repiqueteo de las gotas en los cristales. ¿Dónde estás, hijo?  ¿Por qué te siento tan lejos?

Anda, porfa, envíame cariños de los tuyos. Me pueden la tristeza y el cansancio. Por favor…

Te quiero. No te olvido.

CUANDO LA CELEBRACIÓN AHONDA LA AUSENCIA 

Cuando la celebración ahonda la ausencia,
cuando duelan más los recuerdos,
quiero como nunca estar cerca de ti.Hablarte de la inútil rebeldía,
frente a los hechos que ya fueron.Sé que añoras un beso y una flor en este día.Él, en su nueva vida espiritual
es una sutil presencia a tu lado.Hoy al abrir tus ojos, tal vez
fue su beso el que te despertó,
y en tu jardín esta mañana, verás
que se ha abierto una flor,
no lo dudes, es para ti.

No clames por su regreso, el no se ha ido.
Está contigo, no desde luego
del modo en que lo estaba hasta ahora,
sino hecho imágenes, abrigándote con la
ternura de tantos momentos compartidos.

Deja de lado y para siempre culpas y reproches.
No lo agobies con tu tristeza,
no lo entristezcas con tu olvido.

Recuérdalo honrando su memoria,
sigue siendo la madre, la esposa y mujer
que el admira y ha querido entrañablemente.

Llevas tus besos en “las mejillas”,
ellos te animaran tu camino.

Comentarios cerrados.