Conspiranoia

Eran las tres menos cinco más o menos. Estábamos viendo el informativo mientras comíamos, cuando llegó la noticia en directo. Una avioneta se estrellaba contra una de las torres gemelas de Nueva York. Luego, otra. El programá siguió y se saltó toda la programación. Seguíamos atentos, facinados aquel suceso que no podía ser verdad, tenía que ser una película, una  grabación como la de «La Guerra de los mundos». Ambas Torres terminaron cayendo al suelo de Manhattan, como una metáfora del principio del fin del imperio occidental.

El mundo se volvió loco, si no lo estaba ya. Tras la primera venganza en Afganistán, con más muertes inocentes que añadir a las de los escombros neoyorquinos, el emperador ex-alcohólico que había logrado un título en Yale favorecido por el apellido y los dólares de papá, decidió no emular, sino superar a papá, terminando lo que papá no terminó. Terminando con Irak y atándose el negocio del petrodólar, sensible para cualquier tejano.

Los delirios de grandeza sumaron al carro tristes parodias de líderes. Como el ex-izquierdista Blair o el padre de la novia de El Escorial. Se vieron en las Azores, para hacerse unas fotos. Invadieron Irak y desencadenaron la madre de todas las matanzas. 2.000 muertos en Manhattan. 650.000 en Irak.

El fundamentalismo de inspiración islamista, exacerbado por el espíritu cowboy, siguió dando zarpazos. Una mañana de marzo la sangre fue nuestra. Desde aquella mañana, las ondas siguen llenas de odio. No por la sangre, sino por los sillones… además de los millones.

Al padre de la novia le quedaban pocas horas en Moncloa. Pero su delfín y sus mesnadas tenían planes para redecorarla. La política exterior de su partido había sido muy protestada. Las bombas la recordaron a tres días de la consulta. Pero las armas de destrucción masiva de las opciones conservadoras fueron fundamentalmente la arrogancia, la mentira y la creencia en el poder sobrenatural del líder. Al final no fue posible tapar las fugas de agua de la tubería del engaño masivo.

La mayoría ciudadana, atónita, recordó el «no a la guerra». Y recordó las fotos del álbum de Bush. Asistió a varias comparecencias de un Acebes que hablaba despacito de «miserables» y de «dos líneas deeee investigación». Y acudió a votar tras tres detenciones en Lavapiés. El resultado de la consulta llevó a un leonés a redecorar el palacete de ladrillo monclovita. El pontevedrés no pudo, pagó las deudas del vallisoletano. Es la España plural.

Pero el odio se instaló en las ondas y en el papel escrito. Cuatro años de teorías conspiranoicas lavaron muchas mentes, instalaron las suficientes dudas y crearon una realidad virtual de ácidos bóricos, confidentes, explosivos, portadas, tertulias e insultos. Los malos pasaron a ser los policías, los guardiaciviles, los jueces, los fiscales. Los islamistas pasaron a ser inocentes moritos. ETA tenía que estar y los socialistas, en la oposición en el momento de los atentados, tenían más y mejor información que el gobierno del PP porque «alomojó» estaban en el ajo o lo habían preparado todo con la ayuda de policías criminales, corruptos y sociatas, con asesoramiento de señores con txapela. Pruebas ninguna, pero ¿quién las necesita?

Se vendieron muchos periódicos y se calentaron las mañanas con mucha ignominia. Ciertos personajes de corta estatura compensaron sus complejos creciendo en prominencia y en preeminencia («Por desgracia no hay muchos como yo», dice hoy). Se insultó e injurió grave y cotidianamente a diestro y siniestro. Impunemente.

Fragmentos tomados de Animal Político

La conspiranoia

Cito a uno de tus amigos, hijo: Eleder. A los pocos meses de tu asesinato, comentaba estas cosas:

Como todos sabéis, el11 de marzo de 2004 se produjo un atentado en Madrid que causó 192 muertos (entre ellos, nuestro añorado Roltrigo, a quien no olvidaremos nunca).

Se ha discutido desde entonces sobre la «verdadera autoría» del atentado, sobre quién «estaba detrás» de él. La wikipedia, que cito arriba, comenta por encima las distintas hipótesis: básicamente, la islamista y la de la autoría de ETA (con todas las posibles opciones intermedias), aunque se decantan por la islamista.

Pero ha habido desde entonces un «secreto a voces», un rumor, comentario o murmullo que no ha cesado, pero que nadie se ha atrevido a formular en público de forma clara: que, de alguna manera, detrás del atentado del 11-M estaba el Partido Socialista, para conseguir conmocionar a la sociedad y ganar las elecciones de tres días después.

Quiero partir diciendo que esta idea me parece, hoy por hoy, descabellada. Pero estoy harto de que me llegue en forma de insinuaciones, sin saber realmente qué hay detrás de ella. Así que voy a intentar ordenar las ideas que pueda encontrar por internet que apoyen esta teoría. Dado que es un tema con una carga emocional importante (para mí y creo que para todos), voy a inhabilitar los comentarios .

La Wikipedia tiene un artículo llamado Teorías de la conspiración del 11M. En él se acusa a varios medios de comunicación de apoyar la implicación del PSOE en este atentado, sea de forma pasiva (no esforzándose por impedirlo), sea de forma activa. Pero no se dan argumentos en este sentido, más allá de la influencia que tuvo este atentado y los hechos subsiguientes en las elecciones posteriores.

Según veo, quizás quien más esté hablando de esta «teoría de la conspiración» es Luis del Pino, en su blog Los enigmas del 11-M. Aunque tampoco termina por concretar acusaciones, sí defiende que en la interpretación de los hechos sólo caben tres posibilidades:

  • «Una negligencia monumental y simultánea de la Policía, la Guardia Civil y el CNI (ésta sería la única opción compatible con la teoría oficial)
  • Un golpe de estado en toda regla, que hubiera consistido en «dejar hacer» conscientemente a esa célula de islamistas infiltrados y controlados, trufados de delincuentes y confidentes tanto españoles como marroquíes
  • Un montaje de proporciones colosales, que hubiera consistido en utilizar a esa trama de islamistas y delincuentes controlados para «fabricar» a posteriori una historia que tapara la verdadera autoría del atentado»

Lo que leo por internet son, básicamente, dudas y sugerencias. Entiendo que no puedan existir «pruebas concluyentes», pues supongo que en ese caso deberían estar en el juzgado, y no en la Red. Pero sigo sin ver claras las ideas de los sostenedores de esta teoría, más allá de pruebas negativas del tipo «hay muchos puntos oscuros aún», «la comisión parlamentaria no lo aclaró todo», «el PSOE se ha dado demasiado prisa en cerrar la investigación», y cosas por el estilo. Me encantaría, pues, saber si existen argumentos más sólidos que no haya podido encontrar.

Y sí, varios fueron los que argumentaron contra las teorías conspiranoicas:Desiertos Lejanos y 3días de marzo . Ambas continúan, con menos ritmo, recogiendo información.

Desde aquí, muchísimas gracias.

También se puede seguir en mi bitácora personal: «Algo de luz y  un poco de ceniza»

La derecha que había perdido las elecciones, llena de rabia, jaleó estas ideas conspiracionistas. En la comisión de investigación del Congreso  sólo quería saber por qué había perdido las elecciones. Sus representantes reían y leían el periódico cuando habló Pilar Manjón reprochándoles su actitud.

El PP alentó la conspiración en todos los ámbitos, acudió a presentaciones de libros y autores al respecto. Y los defendió. La red y las hemerotecas están llenas de pruebas.

El PP es tan culpable como  el mismo partido ha hecho ver. Si no se sintiera y supiera culpable:
-no habría mentido ese día y los siguientes;
-no nos habría insultado a las víctimas;
-no se habría sumado (si no inventado) a las teorías conspiranoicas.

Aún no les habíamos pedido responsabilidades, cuando ya estaban mintiendo sabiéndose responsables.
Hay cientos de agobiados intentando exculparles, en los periódicos, en la radio, en la red. Es un intento masivo de disfrazar la verdad, de sacar balones fuera, de sembrar al menos la duda, para no ser considerados culpables.

Pero lo son.

No hay forma de ocultarlo.

Si no se hubieran manchado hasta el alma implicando a otros, tergiversando, confundiendo, mintiendo…, de poco se les podría acusar. De tener un presidente prepotente. Que si hubiera pedido disculpas y hubiera unido a la nación en torno a las víctimas y al dolor, hubiera sido un estadista de verdad.

Pero, lamentablemente, estaba en el poder un hombre incapaz de reconocer sus errores. Lo suyo fue una huída hacia adelante. ¡¡Pobre tipo mezquino y pacato!! Como tal ha pasado a la Historia.

Y todos los suyos con él.

España da explicaciones a la ONU por responsabilizar a ETA de los atentados de Madrid

16 de marzo, 2004

El embajador de España envió una carta al Consejo de Seguridad en la que explicó por qué su gobierno incriminó al grupo separatista vasco ETA del atentado terrorista perpetrado en Madrid el 11 de marzo.

Pocas horas después del ataque el Consejo, a instancias de España, aprobó la resolución 1530, en la que condenó las explosiones y acusó a la ETA de cometerlas.

El embajador español ante la ONU, Inocencio Arias, explicó en la carta que al momento de aprobarse esa resolución España tenía la firme convicción “de que la banda terrorista ETA estaba detrás de los terribles sucesos del 11 de marzo”, en función de “los antecedentes inmediatos, de la información de la que en ese momento disponía y del análisis que de la misma hacían los expertos”.

Desde entonces, añadió, se descubrieron nuevos elementos que “han aconsejado abrir otras líneas de investigación, que apuntan a la intervención en los atentados de ciudadanos de otros países”.

Arias aclaró que las investigaciones prosiguen e indicó que informará al Consejo de Seguridad sobre su resultado.

La carta recuerda que la resolución fue aprobada pocas horas después del atentado que costó la vida a 200 personas y dejó como saldo 1.400 heridos, muchos de los cuales continúan en estado grave o muy grave.

El Secretario General de la ONU, Kofi Annan, hizo hoy una referencia a este tema.

“Pienso que los miembros del Consejo se han sentido muy incómodos, y el Gobierno español afirmó haber actuado de buena fe. Creo que ésta es una lección para todos, incluyendo los miembros del Consejo de Seguridad”, declaró Annan.

Fuente: Centro de Noticias ONU

SEGUNDO ANIVERSARIO

Ahora nos toca pedir cuentas a la banda de los cuatro

M. Saco 20 minutos 12 de marzo de 2007

Ayer por la mañana me acerqué a Atocha. Me aproximé lo más que pude, que no fue mucho, porque un cordón policial desproporcionado había cortado el acceso de la gente, aunque no de los automóviles. Inexplicablemente, un día no laborable, un domingo por la mañana soleado, el ayuntamiento de Madrid no consideró oportuno cortar el tráfico de Atocha cuando miles de ciudadanos, sin bocadillo y pagándonos el medio de transporte de nuestro bolsillo, intentamos acompañar en su dolor a los familiares de las víctimas del terrorismo en el tercer aniversario de la matanza islamista. Oí comentarios entre la gente del tenor de “al ayuntamiento no le importa, no son sus muertos”. Había una rabia contenida.

Conté cinco banderas nacionales, y cuatro de ellas pertenecían al tenderete que muy inoportunamente las tenía en venta en la acera del ministerio de Agricultura. Tuve la impresión de que a alguien se le había ocurrido la idea genial de poner un puesto de polvorones en medio del desierto. La gente portaba un semblante festivo, lejos, muy lejos de la tensión que luego vi en los telediarios, forzosamente ajenos a la breve ceremonia que se desarrollaba en el monumento de cristal que apenas pude fotografiar desde la distancia elevando mi cámara sobre una muralla humana y de coches circulando. Tuve la impresión de que todo había sido calculado para que una manifestación de duelo multitudinaria no empañase el “éxito” de la manifestación del día anterior, la que había sido la mayor concentración de odio y venganza reunida hasta ahora, en la que los dirigentes del PP no tuvieron ni una sola palabra de recuerdo para las víctimas del 11-M.

Con la del sábado eran ocho, convocadas directa o indirectamente por el Partido Popular, desde que los echamos del gobierno. Se habían apropiado del lazo azul símbolo del pacifismo (inaugurado con el secuestro de Iglesias Zamora); los hijos de la ira, los sembradores del odio cantaban impúdicamente “libertad sin ira”, la banda sonora que acompañó la transición democrática; han hecho de la bandera de todos el lugar donde anida la gaviota que todo lo caga; tuvimos que escuchar de labios de Rajoy despropósitos que sólo los fieles pueden escuchar sin rubor: “Reclamamos la libertad que nos han robado”, hasta despedirse con un “viva la libertad, viva España”, rematado con el himno nacional, como el final del saqueo de los símbolos democráticos que hasta ahora pertenecían a todos los españoles.

¿Y ahora qué? Pues ahora, ya que estamos de aniversario, queda hablar del juicio del 11-M. Después de este orgasmo pancartero toca que empecemos a exigir cuentas a la banda de los cuatro que nos gobernaba entonces. Ayer, en el acto de Atocha, un familiar sacó una pancarta pidiendo que se lleve a los tribunales a Ángel Acebes. Creo que, según avanza el juicio y van desgranado los policías las carencias, los disimulos y la ineptitud de aquel gobierno, habrá que ir acumulando pruebas para que respondan algún día ante los tribunales por dejación dolosa de funciones. ¿O es que quizá la incompetencia no es perseguible judicialmente?

Rajoy llamaba “a defender la nación española”. ¿A defenderla de quién? ¿De ellos mismos? Yo espero que los servicios jurídicos de las víctimas del 11-M estén haciendo acopio de indicios y preparando por su parte la forma de “defender la nación española” de los desvaríos de la extrema derecha en un próximo juicio, sea en España o en el Tribunal de la Haya. Aquella matanza pudo haberse evitado si el hombrecillo insufrible, en su intento patético de pasar a la Historia, no hubiese patrocinado la invasión de Irak, con mentiras y con el desprecio a la opinión pública que en un 90% la rechazaba. Ya que ellos han abandonado las formas, digámoslo alto y claro de una vez: provocaron que España fuera un objetivo prioritario (según confiesan los propios imputados) y, lo que aún puede ser peor, seguimos siendo un blanco del terrorismo islámico de consecuencias imprevisibles.

Por eso no quieren oír hablar de las 192 víctimas del 11-M. Y por eso estamos obligados a recordárselas, una a una, como una plegaria de cristal en el monumento sobrecogedor de Atocha, para que se les convierta en una pesadilla que les persiga hasta el día de su muerte política.

El primer juicio (febrero-octubre 2007)

Pero el juicio que encausó a los asesinos que no se habían volado por los aires (un mes después, en Leganés) y sus compinches pudo rebatir una por una las insinuaciones. ETA no había sido.

Entonces el PP empezó a disimular .

Aquí una selección de los artículos de opinión sobre la destrucción de la teoría tras el juicio:

Una demolición a conciencia. Ernesto Ekaizer analiza en EL PAÍS cómo el presidente del tribunal ha tirado por tierra la teoría de la conspiración.

La memoria del pez. Ignacio Escolar
, analiza en PÚBLICO, los intentos del Partido Popular para que se olvide su apoyo a la teoría de la conspiración.

¿Pedirán perdón los necios de la conjura?. Juan Carlos Escudier en 20minutos

La sentencia ha desmontado una por una todas las falsedades de la llamada teoría de la conspiración promovida por El Mundo, la COPE, Telemadrid o Libertad Digital, que ha marcado el guión de estos últimos tres años y medio de oposición del Partido Popular. Esta sentencia debe tener consecuencias, no todo vale, ni en política, ni en los negocios periodísticos.

¿Mintió el Gobierno del PP entre el 11 y el 13 de marzo?

Perdieron de nuevo las elecciones de 2008.

Ahora parece que tenemos un poco de tranquilidad.

Pero el PP gobierna en la Comunidad de Madrid, y castiga a las víctimas de este atentado que les hizo perder el poder. Así que cuando uno de los locutores de radio más acerbos, siempre con el insulto en la boca, ha sido llevado a juicio por injurias, las asociaciones vinculadas al PP le defienden:

La asociación que preside María Ángeles Domínguez -una persona muy cercana a Francisco José Alcaraz y a su politizada Asociación de Víctimas del Terrorismo-, envió ayer una nota de prensa a todos los medios de comunicación mostrando su “absoluto apoyo y agradecimiento” a Federico Jiménez Losantos por el “desagradable e injusto momento por el que somos conscientes que está atravesando”.

Cabe precisar que la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M fue creada desde el despacho de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, quien les inyecta muchísimo dinero –mientras restringe la financiación a la asociación de Manjón-. AAV11M es afín a la AVT de Alcaraz y, naturalmente, a los promotores periodísticos y políticos de la teoría de la conspiración.

Para esta asociación minoritaria de víctimas, el predicador de las mañanas en la emisora episcopal -“ante la escasez de voces periodísticas e institucionales en defensa de las víctimas de este terrible atentado”-, siempre ha alzado su voz “alta, clara y rotunda pese a los inconvenientes que de ello se han derivado para su persona”.

Por último, siguiendo la consigna que en los últimos días se repite de forma incansable en la cadena COPE, la AAV11M defiende el derecho a la libertad de expresión como un “derecho irrenunciable e imprescindible”. La justicia, añade la asociación, “no debe servir en ningún caso para perseguir a periodistas o medios de comunicación que cumplen a diario con su labor informativa”.

Las reacciones ante este polémico comunicado no se han hecho esperar. “Que sepa que le dan la enhorabuena muy pocas víctimas”, ironizó, en declaraciones a este periódico, Pilar Manjón. La presidenta la Asociación 11-M recordó que, frente a las 890 víctimas que su asociación representó en el juicio que juzgó los terribles atentados de Atocha, la organización de María Ángeles Domínguez “no pasó de 15”.

“No me extraña que apoyen a Losantos. Ellos siempre han apoyado a los peones negros y la teoría de la conspiración, y me parece bien que sigan haciéndolo, pero debe quedar claro que quien pusimos los ataúdes fuimos nosotros”, recalcó.

El Plural

06-07-08 – Javier Pradera (EL PAÍS)   LA PATRAÑA INSEPULTA

Han quedado vistos para sentencia los 31 recursos de casación ante el Supremo -interpuestos por la fiscalía, las defensas o las acusaciones- contra el fallo dictado el 31 de octubre de 2007 por la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional. La sentencia de instancia -revisada ahora por el alto tribunal- condenó a 21 culpables a más de 100.000 años de prisión por los 191 muertos y más de 1.800 heridos causados en el 11-M. El fallo del Supremo cerrará el caso judicial en el ámbito penal y ayudará a reflexionar no sólo acerca de los límites legítimos exigibles dentro de un sistema democrático a la lucha partidista por el poder, sino también sobre las violaciones deontológicas perpetradas por los medios de comunicación que han venido invocando en falso la libertad de expresión para deslegitimar dolosamente el esclarecimiento por los tribunales del 11-M.

El atentado de los trenes de la muerte fue llevado a cabo tres días antes de que se abrieran las urnas de unas elecciones legislativas que se presentaban extraordinariamente competidas. El presidente del Gobierno -sin convocar al líder de la oposición- concluyó que la atribución a ETA de la autoría del crimen le aseguraría al PP una victoria todavía incierta (e incluso la mayoría absoluta), a la vez que cualquier referencia al yihadismo le perjudicaría gravemente a causa de la aventurera apuesta de Aznar por la guerra de Irak.

Sin embargo, el Gobierno tuvo la mala suerte de que la eficacia de la policía desbaratase su maniobra: las rotundas inculpaciones contra ETA -basadas en huecas conjeturas- del presidente y sus ministros Acebes y Zaplana al mediodía del 11-M quedaron desmentidas casi a la misma hora por el descubrimiento de una furgoneta con las primeras pruebas materiales de la autoría yihadista. El PP aguantó hasta el domingo electoral su ya inverosímil explicación del atentado, que se había ido desmoronando desde el jueves.

Durante la anterior legislatura, los dirigentes populares no sólo se aferraron a su fabulación sobre ETA sino que enriquecieron el argumento de la patraña con otros actores criminales: desde espías marroquíes hasta policías españoles aliados a los socialistas. El PP se concertó con El Mundo y la Radio de los Obispos para fabricar una teoría de la conspiración sobre el 11-M que deja chicas las locuras paranoicas sobre el 11-S. La policía habría destruido pruebas e introducido otras falsas para engañar a una fiscal y a un instructor incompetentes. Y el Estatuto de Cataluña y las negociaciones con ETA serían el precio pagado por el Gobierno para que la banda terrorista no descubriese el secreto.

La ofensiva del diario El Mundo y la Radio de los Obispos contra Rajoy tras el 9-M está ligada al progresivo abandono por el PP de la teoría de la conspiración y con la caída en desgracia de Acebes y Zaplana, sus dos principales portavoces. Tal vez la sentencia del Supremo ayude a Rajoy a dar ahora un paso más y a romper claramente con esa necia impostura.

El Supremo avala la autoría ‘yihadista’ y el empleo de Goma 2 Eco en el atentado

18-07-08

La sentencia dictada ayer por el Tribunal Supremo sobre el 11-M constituye un inequívoco aval a la ingente labor de investigación llevada a cabo por la Audiencia Nacional sobre el atentado, tanto en lo referente al cúmulo de pruebas aportadas por el instructor Juan del Olmo como a la generalmente acertada valoración de las mismas por la sala sentenciadora que presidió el magistrado Javier Gómez Bermúdez. Es lo primero que cabe destacar de la sentencia, aparte de su inusitada celeridad, apenas 15 días después de concluida la vista de los recursos de casación.

La absolución de cuatro implicados, no en el atentado, sino en el entorno radical islamista en que surgió, la condena de algún otro, o la modificación de algunas penas son aspectos secundarios que no desdibujan ni cuestionan lo más mínimo el relato central de hechos probados: los autores del 11-M son los que la Audiencia Nacional ha juzgado y condenado, es decir, los integrantes de una célula yihadista, ideológicamente influenciada por Al Qaeda, que operaba en Madrid. Y la dinamita empleada, Goma 2 Eco, procedía de Mina Conchita y fue entregada a los terroristas por el ex minero asturiano José Emilio Suárez Trashorras, con plena consciencia del uso que iba a dársele. La sentencia del Supremo cierra judicialmente el 11-M. Ya sería hora de que también terminara la explotación política y mediática de la cadena de bulos que han acompañado al caso, pues atentan contra la dignidad de las víctimas y denigran la labor llevada a cabo por jueces, fiscales y miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado en el esclarecimiento de los hechos con datos y pruebas contrastables ante un tribunal de justicia.

La confirmación de la absolución de Rabei Osman, El Egipcio, inicialmente señalado por la fiscalía como uno de los inductores del 11-M, por haber sido condenado en Italia por el mismo delito de que era acusado en España, seguirá alimentando con seguridad la historieta de que sigue sin conocerse el autor intelectual. Pero el Supremo señala, ya sin duda alguna, quiénes son los autores reales, intelectuales o no, pero de ningún modo retóricos, del 11-M: El Chino y el resto de suicidas de Leganés -de los que hay ingentes pruebas de su participación en el atentado, aunque su muerte haya impedido individualizar su responsabilidad penal-, junto con Jamal Zougan, El Gnaoui y el español Suárez Trashorras, este último como cooperador necesario de la matanza que se preparaba.

Fuente: El País a través de 3 días de marzo

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JUAN FERNANDO LÓPEZ AGUILAR

Con la condena dictada por la Audiencia Nacional, España envía un triple mensaje al mundo: determinación contra el terrorismo, solidaridad con sus víctimas, y confianza en la ley y las instituciones democráticas como garantía frente a cuantas amenazas, por dolorosas que sean, se ciernan sobre nuestro orden de convivencia.

Esta consideración es hoy especialmente útil. Tras un proceso ejemplar con todas las garantías, la sentencia determina los hechos probados y las responsabilidades penales en la peor masacre terrorista de la historia de España y de Europa. Pero no sólo: el relato de evidencias y culpabilidades pone en su sitio a quienes antepusieron sus intereses electorales a la verdad, al dolor infinito de quienes lloraban a las víctimas y a la consternación general de la sociedad española y mundial.

Se ha dicho hasta la saciedad: desde aquel 11-M, y durante tres largos años, la delirante fabricación conspirativa alentada por el PP, definitivamente arrumbada por la acción de la Justicia, ha buscado irresponsablemente deteriorar la confianza de la ciudadanía en el Estado de Derecho arrojando disparatadas sospechas sobre las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, entonces al mando de los mismos y mendaces mentirosos sin escrúpulos que han propalado esas infamias. Su descabellada estrategia de manipulación de la realidad se ha aferrado desde entonces al propósito de dar cobertura retrospectiva al engaño masivo en el que se embarcó el Gobierno de Aznar del 11 al 14 de marzo de 2004.

Es ahora el momento de afirmar que la infamante teoría de la conspiración ha puesto de manifiesto, por encima de cualquier otra consideración penal o política, una dolorosa patología moral: la pretensión de presentar los atentados del 11-M como una conspiración política dirigida, como el PP ha repetido hasta la náusea, a “cambiar el Gobierno de España”, atenta contra la total ausencia de base empírica que indique que un atentado genera rechazo electoral contra el Gobierno (las experiencias apuntan en sentido contrario).

Tal pretensión comporta, y esto es lo terrible, una lectura innoble de la masacre terrorista por la que se presenta al propio PP como la primera víctima, puesto que el móvil no era otro que “sacarles del Gobierno” (como si les perteneciera por derecho natural), siendo todo lo demás daño colateral de aquel perjuicio principal: alterar el ciclo político en el que ellos se sentían tan ricamente acomodados.

Duele tanto desvarío, pero tan ignominiosa lectura de lo que sucedió sólo puede sustentarse desde un mayúsculo desprecio por las verdaderas y únicas víctimas del 11-M: los 192 inocentes que perdieron la vida, como inocentes son todas las víctimas de la barbarie sin más objetivo “político” que la sinrazón del terror indiscriminado; los casi 2.000 heridos y lesionados; los miles de seres humanos que lloran a sus seres queridos; la sociedad entera, la española y la global, que aprendió en aquella fecha que lo peor nos acecha y nos puede golpear cuando menos lo esperamos.

Detrás de la enloquecida fabricación conspirativa, está la idea de que el atentado fue un cálculo preciso de efectos electorales a devengar a tres días desde aquel 11-M: según lo que hemos oído durante años del PP, oscuros intereses políticos buscarían su derrota electoral, en modo que la víctima primera y más cierta de las bombas no sería otra que el Gobierno de Aznar. Tan monstruoso razonamiento no sólo es falaz, pues todo el mundo alcanza a entender que ningún atentado terrorista genera por sí rechazo a los gobiernos democráticamente legitimados. Salvo, a la vista está, que algún Gobierno trate después de encubrir y mentir, primando el cortoplacismo de un pánico electoral, como pasó en este caso.

Es que, además, esta teoría desplaza ignominiosamente a las auténticas víctimas, los casi 200 muertos, los llantos de sus familias, a la posición secundaria de daño colateral en la producción del mal directamente perseguido: alterar lo que se presentaría como “curso natural” de la política española, para “cambiar el Gobierno” del PP ¡por uno del PSOE!
Este desprecio infinito del PP por el dolor de las víctimas se ha manifestado de manera constante, tanto en el proceso judicial como en el paralelo proceso político y parlamentario. No ha ayudado haber tenido que asistir a la desnaturalización de los interrogatorios conducidos por algunas acusaciones particulares, con tal de buscar alguna implicación inexistente de algún conspirador en el horizonte.

Entristece tener que recordar cómo algún representante del Grupo Popular en la Comisión de Investigación instituida en el Congreso de los Diputados, ferviente partidario de la teoría de la conspiración, leía displicentemente el periódico cuando alguna de las víctimas relataba el sufrimiento por el que estaba pasando.
Duelen también los escarnios, algunos de ellos públicos, que han tenido que padecer algunas de las víctimas por no compartir la locura conspiratoria, por no aceptar que la irreparable pérdida causada por el 11-M tocaba a sus seres queridos, no al Gobierno de Aznar.

Muchos infundios, fabulaciones, insidias, se han ido por el desagüe con la sentencia de la Audiencia Nacional. Es hora también de que esta sentencia sirva para que todos los españoles, tengamos las ideas que tengamos, nos unamos en torno a las víctimas, a su dolor, a su recuerdo. Que la acción de la Justicia sirva para que todos, sin exclusiones, reafirmemos la confianza en nuestra convivencia, en nuestras instituciones, y en nuestra determinación de luchar juntos contra el mal, contra el terror, la sinrazón, la injusticia y toda forma de guerra y violencia criminal.

Juan Fernando López Aguilar es ex ministro de Justicia y Secretario general del PSC-PSOE

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11 de marzo de 2012

Hace casi un año que la conspiración del 11-M quedó definitivamente quebrada, aunque los conspiradores jamás lo admitirán. Fue a finales de marzo de 2011, cuando el exminero José Emilio Suárez Trashorras presentó su recurso de apelación ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. En su escrito, Trashorras admite lo que no confesó ante la Audiencia Nacional, lo que demostraban todas las pruebas: que fue él quien robó la dinamita de Mina Conchita y quien después vendió esos explosivos al grupo islamista que cometió los atentados. No busquen esta información en El Mundo. Nunca la publicó.

Trashorras en su recurso incluso pide perdón a las víctimas del atentado por “no haber prestado la colaboración necesaria” a la Justicia. En su confesión, tira por tierra toda la conspiración del 11-M: si el explosivo salió de Mina Conchita, si la compraron los islamistas, ¿qué más da que hubiese rastros de dinitrotolueno –probablemente por impurezas en la fabricaciónen la Goma 2 ECO? La última declaración de Trashorras también pone en su sitio ciertas exclusivas de El Mundo. La hemeroteca siempre deja en evidencia las mentiras. Repasen, por ejemplo, las portadas del 3, 4 y 5 de septiembre de 2006, las declaraciones del mismo delincuente que ahora admite su papel en el atentado y que entonces confesaba al diario de Pedro J. Ramírez misteriosas conexiones con ETA y la Policía. Todos eran culpables. Todos, salvo él.

Mientras El Mundo pague, yo les cuento la Guerra Civil”, dijo el propio Trashorrras a sus padres en una conversación desde la cárcel, previa a esa entrevista donde, en efecto, cantó las batallitas que El Mundo quería escuchar. Que sea ahora este mismo diario el que acuse a los sindicatos y a Pilar Manjon –portavoz de la asociación mayoritaria de las víctimas del 11-M– de utilizar el atentado contra el Gobierno a cuenta de la reforma laboral es solo una indecencia más. Hace bueno este famoso verso de Machado: “El más truhán se lleva la mano al corazón”. Siempre es así.

 Escolarnet

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El diputado del PP que pidió perdón a Manjón

Tres años y un mes después de la espantosa masacre del 11 de marzo de 2004 en Madrid, que acabó con la vida de 191 personas y causó casi dos mil heridos, el que fuera diputado del Partido Popular por Valencia, Joaquín Calomarde, hacía pública una larga carta dirigida a Pilar Manjón, presidenta de la asociación Víctimas del 11-M, en la que le pedía perdón por la actitud y conducta políticas del PP a lo largo de aquel nefasto trienio de algarada pertinaz llevado a cabo por el entonces partido opositor.

El señor Calomarde recordaba en la misiva ese bochornoso comportamiento desde el mismo momento en que el PP trató de impedir por todos los medios la inolvidable comparecencia de Manjón ante la Comisión Parlamentaria, con un discurso admirable que la mayoría de los ciudadanos recordaremos siempre por su profundo contenido, lúcida exposición y espontánea y conmovedora emoción. Conviene tener en cuenta las palabras del señor Calomarde hoy, ocho años después de aquellos trágicos hechos, porque desde la caverna mediática se sigue disparando con todo tipo de insidias e injurias contra la asociación que preside Pilar Manjón, a quien le siguen llegando amenzas de muerte por correo, como muestra más explícita del talante que caracteriza al fanatismo conpiranoico elaborado y mantenido ocho años después por el diario El Mundo.

Este periódico acaba de suscribir, en su edición de ayer lunes y con motivo del octavo aniversario de la masacre, un párrafo que no se puede pasar por alto como evidencia no solo de su flagrante insolvencia deontológica y de su empecinamiento en ignorar y/o menospreciar la sentencia dictada por los tribunales contra los autores de la masacre, sino de su desprecio a los sentimientos de la aludida. Manjón ha optado por el activismo político -sostiene El Mundo ante la actitud de la nombrada de defender la manifestación de los sindicatos, coincidente con la fecha del 11-M-, demostrando que le puede más el odio a quienes no comparten sus ideas que el dolor por la muerte de su hijo. Parece claro, por lo tanto, que ese diario va a mantener los postulados conspiranoicos que lo han caracterizado, sin posibilidad de que pueda llegar a compartir nunca las palabras que el ex diputado Calomarde le dirigió a Pilar Manjón al recordar su discurso en el Congreso:

Todavía hoy resuenan en mis oídos sus palabras, pero, sobre todo, una pregunta concreta que usted lanzó desde el fondo mismo de su intervención con agudeza y sentido dramático profundos: “¿De qué se reían ustedes señorías?” Y yo, Sra. Manjón, quiero recordar hoy aquí que las risas, en ocasiones estridentes, de esas señorías provenían fundamentalmente del portavoz de mi ex Grupo Parlamentario y de su portavoz adjunto en aquella comisión.

La carta de Joaquín Calomarde podría sonar entonces a cierto oportunismo político, pues la firmaba a raíz de su dimisión como militante del Partido Popular por disentir con la airada política de oposición del aznarato genovés, si no nos participara el autor que, tras la comparecencia de Manjón, el diputado del PP se dirigió epistolarmente a la asociación que preside doña Pilar para expresarle a ésta que contaba con toda su simpatía, todo su apoyo moral, y, sobre todo, con todo sus ánimos y condolencias.

El ex diputado valenciano expresó su petición de perdón en estos inequívocos términos, que no espero, por desgracia, estén algún día al alcance de la dirección del diario citado: Yo, si usted me lo permite Sra. Manjón, quiero como diputado del Congreso, hasta esta semana perteneciente al Partido Popular y en tanto que he sido miembro del mismo, pedirle perdón. Perdón por tanta mentira, perdón por tanta falta de dignidad y altura personales y políticas, perdón por el menosprecio al que se ha sido usted sometida por personas y medios próximos al Partido Popular que mejor deberían reflexionar y saber, al menos, callar con dignidad en los próximos tiempos; perdón por las amenazas recibidas; perdón por los escalofriantes vídeos de los que hemos tenido noticia; disculpas por todas las imputaciones falsas y repugnantes contra su honor personal, el de su familia y el de la Asociación de Víctimas que usted dignamente preside. (Texto de la carta).

Voz de memoria


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