Sábado de lluvia y nubes 

Tecleo en la oscuridad de las seis de la mañana. Llueve. Hace una temperatura deliciosa. Paseo con tu padre junto al mar y sé que tú nos sabes juntos y serenos porque nos haces guiños. Te echo de menos. 

Hablamos de tu hermano, de la vida, de cosas nimias y de grandes dilemas, nos reímos. Y hasta parece que todo es posible, que hemos vuelto a la normalidad, y que nadie diría que nos faltas tú por nuestra apariencia. Pero sale tu nombre de pronto, Rodrigo, y tu recuerdo, y se nos llenan los ojos de lágrimas. Y sabemos que lo cotidiano será para siempre la añoranza. 

Gracias por ser nuestro hijo querido, el primero, con el que aprendimos a amar  y a ser padres. Gracias por las señales que nos mandas. Vuela alto, cariño, pero sigue ayudándonos, no te olvides de nosotros, tus pobres papis. 

Abrazos de oso 🐻. Te queremos. 

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