Pasan los días y la vida con suavidad. Se me juntan los ayeres y los mañanas en una monotonía de sucesos sencillos y esperables. Tu hermano, tu padre y yo seguimos las sendas que nos han correspondido, paralelas y cercanas, echando en falta la tuya, Rodrigo. Ojalá estuvieras aquí.
Solo sucesos simples rompen esa monotonía, como una poda importante del pruno de la entrada o arreglos de pintura en la buhardilla. Pequeños hitos, nada demasiado fuerte. Pero no dejes de venir a vernos. En cada momento vital te necesitamos cerca, hijo.
Te queremos. Lo sabes pero es algo que debe repetirse. Te queremos. Nunca dejes de volar, ni de cuidarnos. Vamos a buscarte. Montones de abrazos, risas y besos. Todo mi amor: Mamá.