Alegría por disponer de unos días de descanso. Morriña porque tú no estás en estas fechas tan especiales. Así son siempre nuestras navidades desde que tuviste que marcharte, se te llevaron a la fuerza.
Pero luchamos, hijo. Peleamos contra la melancolía. En tu nombre, contigo en el corazón, por tu hermano, que se merece unas fiestas felices.
No te olvidamos, Rodrigo. Te queremos. Mil abrazos, risas, besos y canciones navideñas, por favor, sigue guiando nuestros pasos.