Han vuelto el frío y la lluvia, tu nombre viene a mis labios en esta madrugada todavía oscura. Me duele saberte lejos, ajeno a esta vida, que es la única que yo tengo y conozco, sin poder verte evolucionar. Me sigue doliendo no escuchar tu voz, no tener llamadas tuyas, no recibir mensajes, no compartir universo contigo.
Me aferro al amor que une nuestras almas, a pesar de la distancia, y a la llamita de esperanza de volver a encontrarte.
Te quiero, Rodrigo. No dejes de volar muy alto. Nos veremos pronto. Nunca te olvido.