Y de nuevo septiembre

El tiempo pasa deprisa y despacio a la vez, pero siempre inexorable. Hijo querido, vamos avanzando en esta vida que nos tocó vivir sin ti como podemos. Echándote mucho en falta, indignados con la mala suerte, el destino o lo que quiera que sea que te/nos pasó.

Ahora resulta que empiezo mi último curso, otra despedida que me apetece muchísimo pero también me asusta. Y siempre estás tú, cariño, tu ausencia injusta, el tiempo y las oportunidades que te robaron.

Tengo miedo de no volver a verte, pierdo la ilusión y la esperanza. Porfa, Rodrigo, hazme señas, mándame un mensaje cuando puedas. Dime que nos estás aguardando al otro lado del mar.

Te queremos. Nunca dejes de volar alto. Millones de abrazos de oso.

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