Plenamente septiembre

Empiezo un curso de despedidas. No habrá otra primera semana de programar el calendario y las secuenciaciones como esta que estoy viviendo. Y luego seguirán desapareciendo los pormenores del día a día, los del otoño, poner exámenes y corregirlos, la Navidad y la Semana Santa, y todo el continuo acostumbrado hasta el mes de junio.

Te echo de menos, hijo. Has estado conmigo muchos comienzos y te he llorado otros cuantos. En el fondo toda la existencia es un adiós al presente. Que yo lo note más en estas circunstancias no va a ninguna parte.

Pero te lo cuento y hasta parece que compartimos estos minutos de reflexiones en la vida corriente que no nos dejaron disfrutar.

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