Por fin se acaba este mes

El rincón de las orquídeas y la primavera que empieza

Querido hijo, otra vez te pongo unas líneas, como la madre de un colono que se fue a vivir a tierras muy lejanas y no sabe si la carta llegará a su destino, insistente, esperanzada, dolorida, llena de añoranza. En estos quince años han pasado muchas cosas, pero nunca hemos dejado de sentir el efecto del aniversario de tu muerte repentina e injusta. Este es el último de los sábados del mes de marzo, mañana tendremos una hora menos y el lunes finalmente llegará abril.

Ya lo sé, Rodrigo. Me dices que medir el tiempo es una convención y que no deberían dolerme más unas fechass que otras, pero es lo que me pasa y así te lo cuento. Cada año quiero dejar atrás cuanto antes el once malhadado que se te llevó lejos, los fatídicos idus de marzo de los romanos, ay, cariño. Te echamos en falta demasiado. Todavía. Para siempre.

Seguimos la vida con el lema que nos dejaste y siempre estamos ocupados (algo que hacer). Nos queremos, sí, y así cumplimos tu propuesta de alguien a quien amar. En eso andamos tu padre, tu hermano y yo, y toda la familia, y los buenos amigos. Algo que esperar es más difuso: hay muchas cosas que nos entretienen hasta que tú vuelvas a buscarnos, pero nuestra máxima aspiración es poder darte un nuevo abrazo de oso, sometimes, somewhere. Y me llegan ecos del último musical que hemos visto en familia, hace poco, y canto contigo que hay un lugar para nosotros en el que volver a encontrarnos. Te queremos.

TONY:
There’s a place for us,
Somewhere a place for us.
Peace and quiet and open air
Wait for us
Somewhere.

MARIA:
There’s a time for us,
Some day a time for us,
Time together with time to spare,
Time to look, time to care,
Some day!

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