Desde Asturias

Hola, cariño. Ya sabes que vinimos aquí con la iniciativa amable y cariñosa de nuestro amigo Moncho. Y que llevamos tres presentaciones de tu libro en estos días, en Gijón, Avilés y Oviedo.

Mi cerebro se protege de tantas emociones con la irrealidad. Iré asimilando despacio lo que hemos vivido todo este tiempo, aparentemente breve, tres días, pero sicológicamente muy denso. Y más para mí, que ya estoy muy tocada en lo emocional.

Pienso en ti. Les hablo a otros de ti. Te traigo de vuelta un ratito entre nosotros, como nos escribía tu amigo Víctor.

Y luego duele mucho constatar que no estás, que te arrancaron de nuestro lado, que llevas dieciséis años fuera de casa, que no vas a volver.

Te quiero mucho, muchísimo, hijo. Mi amor por ti no se ha muerto contigo. Sigue uniendo las dos orillas, cruza el mar que nos separa y me trae de vuelta vestigios de ti.

No te olvidamos, Rodrigo. Caminamos en tu busca. A veces vemos hitos que parecen tuyos, que son tuyos, y nos empujan a seguir. Como las flores de los prunos que tanto te gustaban.

Renacemos con ellas después de cada aniversario. Este año se han adelantado, pero siguen significando lo mismo.

Mil abrazos de oso, mil muecas, juegos, risas y viajes. Contigo siempre. Cuatro siempre. Hasta pronto.

Marcar el enlace permanente.

Comentarios cerrados.