14 de noviembre de 2020

Buenos días, cariño. Hoy ando descolocada y me han dado las ocho leyendo. Hasta ahora mismo no he caído en que hoy no es viernes, sino sábado. Qué despiste.

Poco tengo nuevo que contarte. La pandemia sigue, papá y yo estamos mucho tiempo en casa, y perdemos el sentido del tiempo, quod erat demostrandum. Llevamos ritmos de trabajo y descanso, de actividad física y sesiones de lectura o de pelis y series. Papá juega un RPG a veces y yo acabo de pedir uno que no sé si finalmente me convencerá. Si estuvieses aquí me animarías. Con ese convencimiento me lanzo al vacío. A ver qué tal resulta.

G y B tendrán ahora unos días de vacaciones, como los últimos años, porque es así como se las dan a B. Esta vez, no pueden irse a Alicante, que les gusta mucho, porque tiene cierre perimetral. Tampoco podemos compartir unos días juntos, como quisimos tiempo atrás.

La cosa se ha reducido a que comeremos con ellos el lunes. En 2019 tuvimos que anular un viaje conjunto a Venecia por el fallecimiento de J. En este fatídico 2020 y sus malignas circunstancias, ni lo hemos intentado. Tal vez nos demos un garbeo por Aranjuez, o por la plaza Mayor, o simplemente por el barrio. La idea es cambiar de aires y estirar las piernas y disfrutar de unas horas en común.

¿Qué haríamos si estuvieras tú aquí?Siento que nos acompañas a tu modo. Si es posible, Rodrigo, échanos un vistazo y una mano. Y millones de gracias por todo lo que nos ayudas ya.

Te queremos. Contigo siempre. Abrazos de oso: Mamá.

Marcar el enlace permanente.

Comentarios cerrados.