Mediados de abril

Hola, cariño, buenos días. Son las siete de un nuevo sábado, ¿cómo estás?

Poco nuevo puedo contarte. Vivimos en la cotidianidad sencilla de la que siempre te hablo. Y que siga así, por favor. Lo único reseñable es que estoy revisando la segunda maqueta de mi novela, que espero que salga ya en mayo. Así que, para entonces, habrá nuevas noticias que rompan esta rutina, de la que no me quejo si es para bien.

Vivimos el presente, día a día, muy solitarios, viendo a poquísima gente. Ni a G y B. Os echo de menos.

Ojalá anduvieras por la casa, como antes. Por el barrio, como tu hermano. Pero ya que estás en otra dimensión y puede que tengas alguna influencia más que aquí, Rodrigo, échanos una mano. Cuídanos, anda, hijo. Ayúdanos a seguir resistiendo.

Miles de besos, abrazos y libros. Canciones, juegos y risas. Te queremos.

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