11 de abril de 2021

Te escribí ayer y no sé si tengo mucho nuevo para hoy. Solo que estoy aquí como todos los días 11, porque vuelve a ser un once de los nuestros.

Diecisiete años y un mes llevo contándolos. Es ya una ausencia tan larga como una condena. Casi dobla la edad con la que te fuiste. Y la de tus amigos, tu hermano, tus compañeros, que todavía piensan en ti y te recuerdan con nostalgia y dolor.

Noto la tristeza pegada a la piel estos últimos meses, desde la muerte de vuestro compañero JCC. Ojalá estéis juntos, jugando a pilotar naves espaciales, o a ser personajes épicos del Señor de los Anillos. Ninguno de los dos teníais que haberos ido tan pronto. Esta segunda partida inesperada ha vuelto a hacer daño a toda la pandilla, aunque estuviera ya medio disuelta.

Ay, Rodrigo, cómo no sentirse concernidos, cómo no pensar en vosotros, en ti. Te sigo echando de menos muchísimo. Además estoy perdiendo fuerzas y esperanza, mira a ver si me puedes ayudar un poquitito.

Son las dos y cuarto de una noche de insomnio. Intentaré dormir. Pero antes aprovecho y te mando millones de abrazos y cariños. Ven a visitarme, anda, hijo. Porfa, pásate por el mundo intermedio de los sueños. Allá te espero.

Marcar el enlace permanente.

Comentarios cerrados.