
Los últimos días de junio han sido siempre los que señalaban el muy esperado y necesario fin de curso. Y así los vivimos juntos los veinte que compartiste con nosotros.
Ahora que no estás, tu hermano tampoco y ya no ejerzo la docencia, descubro con sorpresa que ya solo significan que el verano está a la vuelta de la esquina. Es raro.
Veo cómo evolucionan tus amigos. Trabajos, parejas, casas, hijos… Y siempre pienso qué estarías haciendo tú. Algo parecido a lo que hacen ellos, o tu hermano, supongo. Y te echo muchísimo en falta.
No me acostumbro. Parece que sí, y resulta que no. No me conformo. No acepto tu muerte injusta e innecesaria.
Aquí sigo llorándote, cariño 🧡 No te olvidamos. Cuida de todos nosotros, por favor, Rodrigo.
Abrazos de oso 🐻: Mamá.