No me gusta el día 1

Hola, Rodrigo, feliz sábado. Como todas las semanas, te escribo. Prefiero estas charlas nuestras al estereotipo de los días de difuntos. Pienso en ti todos los días, no me hace falta uno socialmente estipulado.

Hoy vamos a conocer a H, el niño de tus amigos. Y le llevamos alguna cosa de tu parte. Ojalá hubieras sido tú el que los visitara, y les diera los abrazos, y las felicitaciones. Ya ves, hijo, nos toca en tu lugar. Eso sí, vamos los cuatro, todos, en piña. Somos pocos, pero estamos unidos. A veces parece que tú también estás, cuando se ven tus destellos entre nosotros.

Si estuvieras aquí, quizá tendríamos nietos tuyos. Nos faltais tú y todo lo que podías haber sido, hecho, dicho y amado. Incluidos esposa, hijos y nuevos amigos. Ya sé que te lo digo mucho, pero es que es la pura verdad y no quiero reprimirla por no repetirme: te echamos de menos.

A veces me asalta la duda y paso etapas de oscuridades. Otras me animan los cascabeles de tu risa, que resuena por todos los rincones. Lo único que puedo segurarte, hijo, es que vivo con consciencia.

Y, por supuesto, que Papá y yo seguimos tus pasos. Y te queremos.

Marcar el enlace permanente.

Comentarios cerrados.