8 de julio de 2022

Otra semana más ha pasado, qué rapidez, y te escribo. Buenos días, hijo. Te saludo desde casita, con las ventanas abiertas, escuchando los trinos de los pájaros.

Por fin tengo sensación de vacaciones, supongo que porque Papá las ha tomado y ya no sale cada mañana a trabajar. Nos vamos pronto a Gijón, donde participaré de nuevo en la Semana Negra, pero antes vamos a ver a tus amigos, coincidiendo con G y B, esta misma tarde. Si estuvieras aquí, serías tú el que acudiese; sin embargo, ya ves, allí estaremos nosotros, en tu nombre; unos sesentones celebrando con E y N el último año de la treintena, el que tenías que haber cumplido también tú.

Poco más. Que veremos a los niños de tus amigos, los nietos que no has podido darnos pero que ellos nos comparten y amamos, en tu nombre y en el nuestro.

Nada más, Rodrigo. Solo que te queremos. Con todo nuestro corazón. Que no te olvidamos. Que vamos a buscarte. Y que no dejes de ponernos hitos para poderte encontrar.

Millones de besos, abrazos de oso, juegos, canciones, libros y series. Todo nuestro amor: Papá, Mamá, Gonzalo y, hoy también, tus amigos.

Marcar el enlace permanente.

Comentarios cerrados.