Otro sábado de julio

Hola, hijo, te escribo muy temprano, buscando el frescor de la madrugada con las ventanas abiertas. Buenos días.

Hoy comeremos con tu hermano y B, hoy empezaremos a planificar los días de viaje que compartiremos dentro de unas semanas. Ojalá estuvieses aquí Rodrigo. Sería tan hermoso viajar todos juntos como antes… Pero así son las cosas desde que se te llevaron de nuestro lado. Dieciocho veranos sin ti, casi los mismos que vivimos contigo. Te echamos en falta, no importa cuánto tiempo pase.

Sigue haciendo calor, a veces terrible, impensable, más fuerte y prolongado que nunca. A ratos, baja un poco su intensidad y podemos refrescarnos en la madrugada. Como hoy.

Y eso es todo lo que puedo contarte por ahora. Seguimos adelante. Siempre contigo en el corazón. No dejes de cuidarnos mientras te seguimos, anda, por favor. Mil abrazos de oso: Papá, Mamá, G y B.

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