
Hola, hijo, aquí seguimos. Te saludo desde casa, todavía de noche, escribiendo en la tablet. Pienso en ti.
Hace siglos, media vida ya, que no estás. Pero sigo anotando estás líneas para no perder la conexión contigo. G se recupera de la operación de la segunda rodilla, todo está sereno. Que siga así, por favor. En breve empezamos las actividades del nuevo curso. Normalidad.
Y tú tan lejos, siempre anclado en los 20, ¿ cómo habría sido la vida contigo? Sin ti tiene un hueco infinito. Y duele.
No dejes de mirarnos, Rodrigo. Ni de cuidarnos. Hasta que llegue el reencuentro. Miles de abrazos de oso, te quiere: Mamá.