9 de septiembre de 2023

Buenos días, hijo. Te escribo desde el salón, tecleando en la tableta. La cercanía del otoño se nota: las noches se van haciendo más largas y han mejorado las temperaturas. Además parece que la vida cotidiana vuelve a fluir por sus cauces. Ojalá. Todavía flotan en el aire sensaciones de desconcierto. Si nos pudieses ayudar, Rodrigo, ay, si pudieras…

Seguimos como buenamente se nos ocurre. Ojalá venga pronto la rutina que calma. Pero nunca dejamos de pensarte. Ni de echarte de menos.

Abrazos y besos, cariño. No te olvidamos.

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