Parecía largo el verano y sin embargo ha pasado, ya llegó septiembre y con él un nuevo curso escolar. Si tengo suerte y no cambia la normativa, mi penúltimo.
Ya no tengo la nostalgia de vuestras vueltas al cole de tus primeros tiempos de ausencia, os habéis hecho adultos y vivís vuestras vidas independientes. Sigue siendo tu distancia lo que nos desazona, pero hemos aprendido a vivir el presente con un sosiego adquirido a fuerza de voluntad y de esperanza.
Ay, Rodrigo, por favor, alimenta esta última con los cascabeles de tu risa lejana, no dejes de mandarnos mensajes para seguir avanzando hacia ti.