A un mes del aniversario vuelvo la vista hacia el pasado y encuentro muy larga y dificil la senda que me ha traído hasta aquí. Del camino futuro no sé, pero no hace falta ser sabio para intuir más penas y despedidas, solo basta con acercarse a ser viejo, y estoy en ello.
Ojalá rondaras por aquí,
protestando del frío,
del trabajo, de la perra vida
y sus puñeteras trampas,
discutiéndome alguna cosa tonta,
-como le gusta hacer a tu hermano-,
riendo, hablando, compartiendo
tu tiempo a ratos con el nuestro…
¿Dónde andas?
Muy lejos, ajeno
a esta existencia miserable nuestra.
Hazte notar, cariño,
que te echo mucho en falta.
Visita nuestra casa,
o el mundo intermedio de los sueños donde antes
era posible darte un abrazo,
dejarte regalos y habitar tu infancia.