En casa

Me resulta extraño regresar a casa y que no haya nadie. Ni tu hermano, ni tú. Aunque este es el tercer verano desde que se independizó y vive cerca, fueron treinta años con su compañía y todavía, a ratos, me asalta la sensación de irrealidad.

Es dolorosa la ausencia, especialmente la tuya, Rodrigo. Pero resistimos. Queriéndote siempre.

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