Finalmente ha entrado el otoño, con lluvia y bajada brusca de las temperaturas. La luz matinal es más gris y tardía de repente. Me voy al trabajo de noche cuando hasta hace nada salía de casa con un sol brillante y bastante alto en el cielo.
Se acerca Halloween 🎃 y no puedo dejar de pensar en tu última celebración de ese día. Lo que disfrutaste… Todavía tengo la tela blanca de algodón con la que te hiciste una túnica de fantasma y recuerdo que la compramos juntos. Papá también se acuerda de todos los detalles. Qué melancólica tristeza tener objetos tan banales como ese y sin embargo no tenerte a ti, cariño.
Pero no nos queremos dejar llevar por el desánimo. Esta mañana nos acercarnos a Atocha para hacernos unas fotos en el andén nueve y tres cuartos. Porque de pronto hemos sentido que lo hacemos contigo, te gustaba mucho Harry Potter, y que ese gesto festivo le quita muchas malas vibraciones a la estación en que te asesinaron.
Con este acto de frikismo extremo andas mucho más cerca de nosotros. Y, con él, como siempre, te queremos.