A solo un mes del décimo quinto aniversario. Con exámenes, reuniones, tu libro y mis últimas jornadas laborales, me muevo otra vez entre el estrés y la estupefacción.
Nuestros onces son ya demasiados. Pero yo siempre te espero, Rodrigo.
A solo un mes del décimo quinto aniversario. Con exámenes, reuniones, tu libro y mis últimas jornadas laborales, me muevo otra vez entre el estrés y la estupefacción.
Nuestros onces son ya demasiados. Pero yo siempre te espero, Rodrigo.