Nuestros onces

Por fin de vacaciones puedo escribirte un poquito, hijo. Menudos días locos, no paramos de hacer cosas. Y se superponen unas a otras sin descanso, dándonos la sensación de no dedicar a cada una el tiempo y la atención que se merecen. He escrito la fecha en la pizarra y te he pensado, Rodrigo. Luego me ha arrastrado la vorágine. Incluso he vuelto a mi aula con papá para hacer un arreglo después de comer (así se quedará fraguando todos estos días de asueto), pero ya, por fin, estamos en casita.

Te queremos. No te olvidamos. No nos olvides tú, por favor, y vuela bien alto.

Marcar el enlace permanente.

Comentarios cerrados.