Andas siempre con nosotros: vemos tu nombre en un escaparate y nos emocionamos, te citamos al irnos a dormir, te echamos en falta en cada momento especial. Así es nuestra cotidianidad, Rodrigo. Sin ti, pero también contigo.
Nunca deja de doler tu ausencia. Confiamos en volverte a encontrar. Y esta vida loca sigue avanzando.
Mañana hablaré de ti y de tu libro en la Semana Negra. No dejes de acompañar mis palabras.
Te queremos.