Agosto tórrido


Ayer estuvimos en un nuevo concierto de tu hermano, después de una semana dura en acontecimientos emocionales. Hoy me levanto tarde y todavía cansada. Pero siempre tengo un momento para charlar contigo.

Buenos días, hijo. Te mando saludos, abrazos y cariños desde nuestra casa. Añoro los tiempos que compartimos, espero otros mejores y de reencuentro. Y en el mientras tanto, vivo con tu recuerdo, con papá y tu hermano lo más serena y consciente que puedo.

Nunca te olvido. Espérame.

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