
Hoy tenemos otra boda. Es la cuarta a la que nos invitan esos chicos que nos dejaste cuando se te llevaron a la fuerza. S y D no te conocieron, pero casi como si lo hubieran hecho. Y desde luego, algunos de sus invitados sí. Hoy pasaremos el día con varios de tus maravillosos amigos de entonces, que te buscaron y esperaron el maldito 11 de marzo, que te echaron de menos, Rodrigo, escribieron anécdotas y condolencias, y nos llenaron a nosotros de todo el afecto que sentían por ti.
Nos adoptaron tras tu asesinato. Compartimos con ellos, con los novios también, muchas horas de juegos, de preparación y de complicidad durante todo este tiempo de tu ausencia. Nos llena de orgullo y alegría reunirnos de nuevo para algo tan hermoso, especialmente ahora que ya no nos vemos tanto como antes.
La vida sigue. Tú llevas fuera quince años y siete meses, te quedaste para siempre anclado en los veinte. Mientras, tus amigos, como tu hermano, se hacen mayores. Que se casen es lo normal en estos momentos vitales. Colecciono fotos de las bodas de todos los que han compartido alguna en Facebook. Sigo sus avatares casi a diario, como si fueran familia, un poco como hijos, porque así los considero; bueno, con permiso de sus padres verdaderos, claro.
Va a hacer sol y buena temperatura. No dejes de venir un ratito, cariño. Todo lo hacemos contigo en el corazón. Muchos abrazos de oso.