
Acabo de recibir un email acerca de cambios en los grupos de Yahoo. No me acordaba yo de ellos, pero fueron importantes en nuestros primeros tiempos informáticos. Así conocimos Efeyl, y a tus amigos, y recogimos sus condolencias y sus escritos sobre ti.
Si tú estuvieras aquí apenas nos daría el asunto para una conversación chiquitita sobre cuánto han evolucionado las redes sociales. Como no estás, me invade la nostalgia informática. Ay, Rodrigo, cuánto me enseñaste. Y cuánto seguí aprendiendo aunque no estuvieras, por ti, contigo a mi espalda, susurrándome desde tu mundo cómo desenvolverme entre programas, aplicaciones, bitácoras, redes sociales y páginas web. Todavía lo haces.
Te sigo echando de menos, hijo.