El sábado previo a la Navidad

Querido Rodrigo, hoy vuelvo a escribirte desde la extrañeza. No tengo sensaciones navideñas. He llegado a esta fecha dulcemente, sin cansancio, sin agobios laborales, en una monotonía a la que aún no estoy acostumbrada.

Creo que hoy se canta el Gordo de la Lotería, ese sonsonete que acompaña a estas fiestas desde que tengo memoria. El próximo martes es Nochebuena y yo no termino de asimilar dónde me encuentro emocionalmente. ¿Dónde andas tú, cariño? ¿Puedes oírme?

Felices vacaciones, feliz Navidad, espero que estés bien y contento. En medio de esta situación nueva que no termino de asumir, extiendo mi comprensión hasta tu mundo lejano. Y supongo que es muy diferente en sus percepciones, mucho más de lo que ahora, en mis cambios vitales diminutos, me atrevo a especular.

Dieciséis navidades con tu ausencia dolorosa. Por qué tú, mi niño. Esta vida loca te arrancó de nuestro lado sin misericordia. Nos sigues haciendo falta. Nunca dejaré de añorarte, para siempre enfadada con el destino, las reglas de este universo, la mala suerte o lo que quiera que sea que maneja nuestras vidas.

Vuela, Rodrigo. Vuela alto. No dejes de volar. Te quiero.

Marcar el enlace permanente.

Comentarios cerrados.