Más efecto aniversario

Aquí andamos, Rodrigo, en casita, intentando con todas nuestras fuerzas que el efecto aniversario no nos agote. Tenemos tres presentaciones y un viaje de representación para ahogarlo con actividades pero notamos que cada día se incrementa su efecto, especialmente la ansiedad.

Tu hermano está siempre cerca y nos dedica tiempo muy a menudo. Tus amigos también nos rondan. No estamos tan solos como a veces nos sentimos, pero es que nos faltas tú. Y da igual cuánto tiempo pase, añoramos tu compañía, lo que antes pudimos compartir y desde hace dieciséis años nos ha sido negado.

La que fue tu novia solo dos meses acaba de tener un bebé, un niño de ojos grandes que quizá has conocido en ese lado de la existencia. Ya hay varios pequeños aquí entre tus amigos que me han hecho pensarlo. Ay, cariño, qué nostalgia de todo lo que a ti te arrancaron y no pudiste experimentar, y de paso nos robaron también a nosotros.

Lloro mientras te escribo. Te quiero mucho, hijo. Por favor, consuela nuestra pena, abraza nuestras pobres almas doloridas. Conduce nuestros pasos hacia el reencuentro. Papá también se suma a los abrazos, Rodrigo, todos en piña, siempre cuatro.

Marcar el enlace permanente.

Comentarios cerrados.