11 de septiembre de 2020

Hoy es uno de nuestros onces más señalados. Por los ataques terroristas que precedieron a los nuestros. Porque marca medio año más, cada vez, en el cómputo terrible de tu ausencia.

Dieciséis años y seis meses. A partir de esta fecha inicio el descuento que me acerca a marzo. Al próximo diecisiete. Ay, hijo, demasiado tiempo sin ti. Para siempre sin ti. El resto de nuestras vidas, marcadas por tu muerte, viviendo en la extrañeza del vacío que dejaste.

Con mi jubilación y con la covid, nuestras existencias han dado un nuevo quiebro. Estamos más aislados, más ajenos, en rutinas nebulosas de precauciones. Y esa nueva ruptura también te aleja a ti, porque desdibuja los recuerdos de la cotidianidad a la que estaban ligados.

Pero no te preocupes, Rodrigo. Esperamos que estés bien. Y seguimos viviendo contigo en el corazón ♥. Vamos a buscarte, ya sabes. Nunca dejes de señalarnos el camino.

Besos, besos, abrazos y risas. Siempre cuatro: Papá, G, tú y yo.

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