
Hola, Rodrigo, buenos días. Hoy te escribo muy temprano y desde otro lugar. Enseguida estamos en casa de nuevo, solo es una escapada.
Todos seguimos bien. Esperando las próximas festividades, solitarios y hartos de desconcierto. Lo que hay. Lo que nos está tocando vivir.
Pasamos un día alegre y soleado con amigos, pero con la noche llegó el frío. Ahora y afuera debe de estar bajo cero. Y se nota, a pesar de la fuerte calefacción.
Con tu hermano seguimos en contacto siempre. Contigo, todo cuanto podemos, hijo querido. Pero es muy poco escribirte aquí y esperar el reencuentro. Te echamos mucho en falta.
Por eso, cariño, no dejes de velar por nosotros. Millones de abrazos. Te queremos. Hasta pronto: Papá y Mamá.