18 veces 11 de marzo

Hoy vuelve a ser 11 de marzo, Rodrigo, cariño. Hace tanto que no estás… Parece como si tu existencia, el tiempo compartido, hubiese sido un sueño.

Quiero esconderme en lo cotidiano, en esas cosas sencillas  que conforman la vida y que tanto se echan en falta cuando da un quiebro inesperado. Pero no me da tregua y este 2022, a tu ausencia injusta y  las seis oleadas de Covid-19, se ha sumado el ataque ruso a Ucrania. Y estamos en guerra. ¡En guerra! Nunca pensé que diría, escribiría, viviría esto.

A veces me llegan hilachas de memorias tuyas. Suaves, desdibujadas. Y ya no me duelen con el filo acerbo de antes, sino con melancólica tristeza. Escuecen, porque no estás, pero también abrigan el corazón con la ternura con la que nos queríamos, y aún nos queremos los cuatro.

Aquí seguimos, Rodrigo. Solos, pocos y cansados, pero resistiendo. Recordándote. Lo que nunca cambia es nuestro amor por ti.

Te queremos. Miles de abrazos de oso: Papá, Mamá y Gonzalo.

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