25 de marzo

Por fin se acaba este mes terrible, ay, Rodrigo. Diecinueve años. ¿Te acordarás de nosotros despues de tanto tiempo?

Quiero suponer que sí, que, como nosotros, tú también nos piensas. Y que nos estás esperando. Pero a veces me puede el desaliento.

Aquí la sensación temporal ha vuelto a acelerarse. Sólo marcan hitos los asuntos especiales. Y no me quejo. La rutina de lo cotidiano nos consuela mucho.

Dondequiera que estés, hijo, sé feliz. Y vuela alto. Papá, tu hermano y yo intentamos seguir avanzando, siempre contigo en el corazón.

Millones de besos y de abrazos. Te quiere infinito: Mamá.

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