Último sábado de septiembre

Otra vez siento la rapidez con la que ha pasado esta semana, buenos días, Rodrigo. En pleno veranillo de San Miguel, te escribo estas líneas de desconcierto climático y vital.

Hoy comemos con tu hermano, incluso pasaremos la tarde juntos. Ojalá tú te unieses al grupo. Si pudieras venir…

Besos desde casa, desde el jardín que empieza a mostrar las señales del otoño. Vuela alto, hijo querido. Te queremos.

Marcar el enlace permanente.

Comentarios cerrados.